❥︎ 𝐂𝐚𝐩. 35 𝑂𝑝𝑒𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛 𝑙𝑖𝑛𝑐𝑒

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Natasha en todo el bendito día no había soltado ni por un segundo su celular, y el sonido de los mensajes llegando más que causarle celos, ya solo le llegaba a molestar que quien fuera la otra persona estuviera de insistente.

— Nat, ¿con quién tanto hablas? —le cuestionó mientras acababa de comer.

— Oh, no es nadie, solo una amiga que hace mucho no hablábamos —rió traviesa prestandole más atención a la pantalla que a la propia comida que tenía frente suya.

Ese día Volkov había cocinado en un intento de ser romántico y tratar de que Horacio no fuera el que este en su mente cada segundo del día, había sido complicado en estos últimos días ya que lo sintió como una bomba cayendo sin previo aviso y ahora tenía que lidiar con sus propios sentimientos, el hecho de que él tuviera pareja y estuviera apunto de casarse contra el gran amor de su vida apareciendo en el momento erróneo.

Su actual pareja ya le había echado el ojo al de piel morena pero, ¿cómo se supone que se defienda ante las acusaciones que podrían ser ciertas? La única respuesta coherente que le podía decir es que era "un viejo conocido", no le podía decir que era su ex que espero día y noche, rogó a todas las deidades posibles para que lo trajeran a su lado nuevamente, y justo cuando lo tenia no podia hacer nada, él estaba apunto de casarse en un intento desesperado de tratar de olvidarlo.

Así que hoy en un intento de seguir con la farsa que su corazón le gritaba que estaba loco ahora solo intentaba ser romántico con su prometida, que por cierto no lo regresaba ni a ver, mucho peor a la comida que tenía frente. Y su corazón atacó de nuevo, lo regreso a un pasado dónde él comía en la misma mesa, pero con otra persona... y esa persona lo miraba con ojos de amor...

¡Aghhh! ¡No debía de pensar de esa maneraa!

— Nat, ¿puedes comer y dejar el celular a un lado? —pidió ya que a la chica le gustaba que ambos se levantaran de la mesa y no dejar al otro solo, pero en este caso, él tenía sueño de estar todo el día en el trabajo y la rubia no se acababa ni la mitad de su plato.

— Si, ya voy —parecía que ni lo estaba escuchando.

— Me voy a ir a dormir —le contestó, tomando su plato y levantandolo para llevarlo al lavaplatos.

— ¿Me vas a dejar aquí sola? —casi grito indignada para ser escuchada desde donde estaba hasta Volkov.

— Nat, te estaba diciendo que acabarás de comer pero, estás en el celular y yo ya quiero irme a descansar —dijo regresando a ella, que cuando lo vio soltó el celular y cruzó de brazos, cuál niña caprichosa.

— Tienes tiempo para todos menos para mí —emblanqueció los ojos— por eso es que estás cansando, es porque estás todo el día en la calle. —

— Natasha, no estoy "todo el día en la calle", estoy trabajando —se sintió hasta indignado por su comentario— salgo a patrullar esperando a que el siguiente delincuente no me mate. —

No tuvo otro argumento que darle al ruso así que solo se quedó callada con el ceño fruncido mientras lo veía.

— Así que yo ya me voy a ir a dormir —dió media vuelta para irse a las escaleras— ven cuando laves el plato, y dejes de estar chateando, que no quiero despertarme con el sonido, ni el brillo de los mensajes. —

«Si, a veces él es todo un idiota.»

Envíar.

                                          ...

Oh... asqueroso olor a isla, como lo extraño.

No sabia ni porque cojones acepto venir acá en primer lugar, era uno de los lugares que más le generaba escalofríos y asco, le parecía una idea fatal está tan solo pisando está mísera isla. Los Santos.

Cartas con olor amor ♡︎𝑽𝒐𝒍𝒌𝒂𝒄𝒊𝒐 ♡︎Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum