❥︎ 𝐂𝐚𝐩. 25 𝐷𝑎𝑛̃𝑜 𝑖𝑟𝑟𝑒𝑣𝑒𝑟𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒

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Avanzó con el patrulla hecho pedazos. Las calles más pequeñas lo obligaban a chocarse mientras que sus compañeros le cerraban el camino al delincuente en la persecución. La gasolina se le estaba agotando pero más que nada el vehículo en si, que estaba echando humo por el motor.

— Caballero, detengase. —

— Que le jodan —gritó por la ventana acelerando su carcacha. Había días donde los atracadores eran muy lamentables, atracaban con autos que apenas y alcanzaban los 40k/h... Este era un día de ellos.

El hombre se chocó solo, en un intento de pasar por un callejón estrecho, saliendo del vehículo para correr hacia el otro lado. Bajó de su patrulla el subdirector junto con los oficiales que lo ayudaban, apunto con el tacer para detenerlo.

Un solo tiró y cayó al suelo.

— Joder, oficial, no me deja ni la oportunidad de huir. —

— Que oportunidad ni que hostias, avance coño —lo esposó escoltandolo hasta su patrulla.

— Va venga oficial... me baja la condena si le digo donde venden... mmh armarios. —se escuchó juguetón en su propuesta. Uve subió de piloto al patrulla sin siquiera atender a sus comentarios.

— Bien cabello voy a proceder a leer sus derechos...—rodó los ojos el esposado. Condujo hasta comisaría para empapelarlo ahí mismo.

Iba él solo en su patrulla siendo que todos sus agentes ya estaban con un compañero, le tocó en solitario está vez, pero no se quejaba, le gustaba la soledad aunque por esta vez la necesita en realidad.

Los dos compañeros de la policía que lo escoltaron hasta comisaría le indicaron a Volkov que si gustaba que ellos atendieran ese caso, en tanto lo metió a la habitación para la foto, a lo cual accedió.  Encargado al sujeto a los oficiales, se retiró del lugar deseándoles un buen servicio.

Estaba cansado y en sus pasos se notaba. La comisaría era enorme y avanzó lento sabiendo que no le reprocharia nadie el porque se tardo mucho en regresar a la labor. Entro a dejar en la sala de evidencias el cuchillo que llevaba el sujeto antes detenido, cacheados por él al igual que dejó el dinero.

Llamó su atención dos maderos que parecían ser nuevos en la policía, ellos estaban muy metidos en la computadora de evidencias donde ambos metían al sistema los nombres de los sujetos que portaban las huellas de las armas del otro lado de la mesa con una bolsa.

Se acercó a investigar un momento. Cada bolsa tenía el nombre de su posible proveedor, habían desde cuchillos hasta ametralladoras....  y se quedó en blanco cuando de pura casualidad vio un cuchillo y un arma juntos en una misma bolsa con el nombre de "Horacio Pérez."

Ambos policías salieron con una charola de bolsas de evidencia para dejarlas en otro lugar.

El subdirector buscó a alguien a su alrededor... La habitación no era muy grande, habían cajas por todas partes, mesas con armas largas y hasta droga envuelta en otras.

No había nadie... más que su presencia.

Tragó saliva viendo las armas en la mesa, pensando dos veces antes de actuar...

Esas armas fueron las detonantes de hace dos noches, donde se encontro a Horacio con 3 personas bocabajo...

No podía dejar eso ahí, descubrirían a Horacio que hizo aquello y posiblemente le quitarían el puesto en el FBI.

Se adueñó de la bolsa, quitando el arma de dentro, escondiendola en su chaleco al igual que el cuchillo cubierto de sangre. Aventuró sus pasos hacia la computadora, busco el nombre de Horacio en los archivos, dónde ya había uno con el nombre del caso de la mina. Este aún no se había subido a la nube.

Cartas con olor amor ♡︎𝑽𝒐𝒍𝒌𝒂𝒄𝒊𝒐 ♡︎Where stories live. Discover now