❥︎ 𝐂𝐚𝐩. 11 𝐵𝑒𝑠𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑜𝑠𝑜

260 91 3
                                    

Regresaba del trabajo cansado queriendo tomar una ducha e ir a dormir. Llegó temprano a casa, avisando al director de su salida y con un corazón aparte, que lo esperaba en casa. Horacio llegaría tan solo una hora después así que tenía en mente prepararle algo rápido de cenar como una sopa instantánea o algo por el estilo.

Estacionó su vehículo fuera extrañado de que la puerta principal estuviera abierta. Según él la cerró antes de irse a menos de que Horacio hubiera ido a casa anteriormente. Lentamente camino con las llaves en las manos entrando a la mansión.

Lo primero que vio fue la televisión encendida, en un canal de niños al parecer.

"¿Qué cojones?"

Se asomó silencioso por la cocina sin ver a nadie, regresó a la sala pasando de largo a el cuerpo recostado en el sofá.

— ¿Qué coño? —dió la vuelta viendo sin creer al sujeto— ¿Cómo coño a entrado?—

— Shhh... Ruso, esta apunto de decirle la pista para ir al castillo a la princesa —volteó a ver la televisión para después tomar el control remoto y apagarla— ¡Ehh, ¿por qué haces eso? Estaba buena la peli! —

— ¿Qué coño hace en mi casa? —rió el pelinegro.

—Joder. ¿Ni buenas tardes? ¿Ni le ofrezco un café? —

— ¿Qué café ni que pollas? ¿Cómo cojones entró a mi casa? —se sentó mejor en el sofá reposando sus codos en sus rodillas.

— Parece que no soy bienvenido aquí ruso. —

— ¿Por qué sería bienvenido? —

— Porque lamentablemente mi hijo esta contigo... no es una idea que me alegre, es más, me quita el sueño y me provoca vómito, no lo digo por él, lo digo por ti pero es lo que hay —se cruzó de brazos Volkov.

— ¿Vino a eso, a provocar insultos? —

— No... —rió bajo— estaba esperando a mi hijo quería... decirle un par de cosas pero —miro su reloj de manos— se me esta haciendo tarde. —

— Al grano viejo. —

— Pues.... Me iré por unas semanas de la ciudad... Ya sabes, trabajitos. Así que deje a cargo a Charlotte con uno de mis colegas. Seguirá donde se esta hospedada solo que estara rondando uno de mis hombres todos los días por ahi, por si... se asustan o se sienten inseguros. Es de confianza. Eso es todo. —

— Me hubiera dejado a mi a Charlotte y no a cargo de un desconocido. Pondré a un agente del FBI vigilandola o mejor aún, con su hija ¿No? —

— Como quieras, el tema es que este a salvó. No quiero que ocurran cosas cuando no esté —asintió sin perder la postura. Andrés se levantó del sofá robando una manzana del cesto que había en la mesa— Me voy ¡A otra cosa! —camino pasando a su lado— Cuida a mi hijo... no debo decirte que hacer pero es un favor, para ambos. —

— Siempre lo he cuidado. Más que tú —rió él pelinegro.

— Ya... —se dirigió a la salida, burlón— Cualquier cosa me llamas... O que lo haga Horacio, vendré lo más rápido que pueda —rodó los ojos abriéndole la puerta.

— Vale, vale... —salió el viejo caminando a la salida— buen viaje... —se despidió hipócritamente—  ...anciano —dijo entre dientes. Respiró profundo cerrando la puerta. Vaya día de mierda.

Subió a darse una ducha algo larga en la tina, escuchando la llegada de Horacio en poco tiempo. Al final no preparo nada para cenar aunque tenía sus razones por las cuales su estrés había subido.

Cartas con olor amor ♡︎𝑽𝒐𝒍𝒌𝒂𝒄𝒊𝒐 ♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora