Regreso al pasado: el ascenso de la falsa heredera (2)

Capítulo 262: Alguien más en su corazón.

Su Shen, abrazando la esbelta cintura de Gu Zi, se acercó y se colocó entre sus piernas. Sus movimientos parecían intencionados, su virilidad colocada precisamente contra su muslo, tentadoramente cerca de su punto más sensible.

A pesar de no penetrar, la estimulación fue intensa, provocando oleadas de placer. Los movimientos de Su Shen se intensificaron, su virilidad la rozó, lo que aumentó su excitación. Abrumada, Gu Zi gimió, sintiendo que una audacia desconocida se apoderaba de ella.

En medio de su acalorado momento, las acciones de Su Shen se volvieron más fervientes. En el clímax, dedicó toda su atención a sus pechos y la culminación de su deseo fue evidente en el calor entre sus piernas.

Gu Zi, agotada y temblando por la intensidad, sintió una respuesta involuntaria en su cuerpo, casi reflejando su clímax.

Después, se sintió delicada y querida. Su Shen la bañó tiernamente, la vistió con un pijama y la llevó a la cama, abrazándola.

Tumbado allí, los pensamientos de Su Shen vagaron hacia las botellas de vino y el auto desconocido que Golden Dragon había mencionado el día después de su boda. No le preocupaba el pasado de Gu Zit, pero temía perderla con otra persona. Su atractivo era innegable y sabía que cualquier hombre se sentiría atraído por ella.

Su preocupación no era su capacidad para competir; era el miedo de que alguien más todavía pudiera ocupar un lugar en su corazón.

Debajo de las sábanas, Su Shen buscó intimidad y preguntó: “Gu Zi, ¿déjame estar cerca por un tiempo? Solo un minuto." Su mano se deslizó bajo su pijama, acariciándola suavemente.

Gu Zi, comprendiendo la fascinación de los hombres por la forma femenina, asintió suavemente, consciente de Su Le dormida a su lado.

Debajo de la manta, las acciones de Su Shen fueron audaces, casi devoradoras en intensidad. Gu Zi luchó por contener sus reacciones, su cuerpo respondió a pesar de sus intentos de permanecer en silencio.

Después de lo que a ella le pareció una eternidad, sintió una profunda posesividad en sus acciones, casi intimidante en su intensidad.

Reflexionó sobre el comportamiento reciente de Su Shen, dejando de lado el trabajo para estar con ella, y se dio cuenta de que a veces los hombres pueden ser más sensibles y vulnerables que las mujeres.

Parecía que no podía esperar a que él sacara a relucir lo que fuera que tuviera en mente. Necesitaba iniciar la conversación.

"Su Shen, nosotros..." comenzó, pero al mirar hacia arriba, se dio cuenta de que él ya se había quedado dormido, todavía abrazándola. Sin respuesta a sus suaves empujones, decidió buscar otro momento para hablar.

A la mañana siguiente, Gu Zi se despertó tarde. Los niños ya se habían ido a la escuela y Su Shen había preparado el desayuno mientras cuidaba a Lele.

Su Shen había mejorado significativamente en sus habilidades como padre y ahora podía involucrar a la pequeña Lele en lugar de ser ignorado.

"Come tu papilla rápidamente, luego nos dirigiremos a la ciudad", instó Su Shen, abrazándola y guiándola a ella y a su hija al comedor.

El desayuno fue un evento acogedor con Su Shen acompañándola atentamente y cuidando a su hija.

Para el viaje a la ciudad cogieron un coche pequeño en lugar de una moto. Gu Zi vestía elegantemente con un vestido blanco floral y tacones altos, complementados por la altura de Su Shen, lo que le permitía usarlos cómodamente.

Su hija estaba vestida con un vestido de princesa rosa y zapatos de cuero rojos, y la familia de tres partió felizmente.

En la ciudad, su primera parada fue una sastrería. La ropa hecha a medida era muy valorada en esta época, una señal de estatus y estilo individual. Las prendas de la sastrería eran conocidas por su calidad y durabilidad, diferenciándose de las marcas posteriores que se centraban más en el nombre que en la sustancia.

Gu Zi, sin embargo, eligió artículos confeccionados del escaparate de la sastrería y encontró los estilos disponibles que ya eran de su agrado.