CAPÍTULO XI

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MASRY

Fue en  el cumpleaños número 15 de Lucie.

Recuerdo que ese día parecía ser perfecto: una fiesta bonita llena de colores alegres.

Música animada y risas contagiosas.

Me acuerdo que me pidió celebrarlo en el acantilado de Tinner Town.

Y todo fue de maravilla.

Hablamos con gente que nunca creímos conocer.

Bailamos millones de canciones juntas.

Nos miramos con ojos brillantes.

Nunca vi a Lucie tan contenta.

Sin embargo, algo en mí ya presagiaba que ese momento de felicidad no duraría para siempre.

Los primeros meses después de su cumpleaños transcurrieron sin problemas.

Salíamos juntas a divertirnos.

Compartíamos cada vez más pequeños secretos.

Como que sus abuelos habían fallecido hacía unos años.

Que guardaba un diario donde guardaba todos sus pensamientos del día a día y que lo tenía escondido en un lugar donde nunca nadie lo encontraría.

Que su mayor sueño era convertirse en bióloga de mar para conocer todo lo que aquellos inmensos océanos le ocultaban.

Que tenía miedo de hacerse mayor y no cumplir con las expectativas de lo que ella necesitaba.

Y, lo que más me sorprendió, fue cuando me confesó que estaba enamorada de alguien.

No me dijo quién. Tan solo que comenzaba a sentir cosas muy fuertes por alguien.

Y yo no quise decirle que no se enamorase.

No quería decirle que se iba a estrellar contra un bache.

Mis padres eran mi mejor ejemplo de amor que tuve.

Y cuando vi que el amor que una vez los unió comenzó a desvanecerse, fue entonces cuando perdí la ilusión por el amor.

Ver a mis padres separarse fue una experiencia devastadora para mí.

Sentí que todo en lo que creía se derrumbaba frente a mis ojos.

La imagen que tenía de ellos como el ejemplo perfecto de amor y felicidad se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos.

Me sentí confundida, herida y desilusionada.

¿Cómo era posible que dos personas que se amaban tanto pudieran llegar a ese punto?

Me resultaba difícil entender lo sucedido.

¿Acaso el amor no era suficiente para superar cualquier obstáculo?

¿Acaso no era lo más importante en la vida?

Me sentía traicionada por mis propios sentimientos, por creer en algo que ahora me parecía tan frágil y efímero.

A partir de ese momento, comencé a ver el amor con otros ojos.

Ya no era esa fuerza poderosa y eterna en la que tanto había creído, sino que se convirtió en algo frágil y vulnerable.

Me volví más cautelosa conmigo misma, temiendo que cualquier muestra de cariño o afecto pudiera llevarme al mismo destino que el de mis padres.

Me cerré al amor, me protegí de él como si fuera un enemigo que pudiera lastimarme.

✅Aquella versión que nunca te contaron  Where stories live. Discover now