𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍 ~ 𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍 𝐑𝐄𝐈𝐆𝐍𝐒 𝐗 𝐑𝐇𝐄𝐀 𝐑𝐈𝐏𝐋𝐄𝐘 ; 𝐖𝐖𝐄

𝐓𝐎𝐖 |𝟏𝟏𝟏

‼️ADVERTENCIA: CONTENIDO SEXUAL🔞‼️

𝐑𝐎𝐌𝐀𝐍 𝐑𝐄𝐈𝐆𝐍𝐒

Quizás me apresuré, especialmente después de que ella terminara su breve relación con ese chico de Irlanda y al ver su rostro, me di cuenta de que no era el momento adecuado para preguntarle si me permitía que fuera su novio.

—Joe...

—No, no digas nada, sé que no es el momento oportuno y está bien.

—Joe...

—De verdad, está bien, no tienes por qué sentirte mal o algo así.

—Cállate y bésame – la miré sorprendido.

—¿Qué?

—Acepto que seas mi novio – sonrió acercándose a mí y sentándose en mis piernas.

—¿Lo dices en serio? – pregunté mirándola.

—Sí, lo digo en serio, acepto que seas mi nuevo y guapo novio – me miró mientras acariciaba mis mejillas.

—Me haces el hombre más afortunado.

—¿En serio?

—Por supuesto, Afrodita, acabo de convertirme en el novio de la diosa del amor y la belleza.

—Eres un tonto – dijo riéndose.

—Solo digo la verdad, mi novia es demasiado hermosa y lo mejor de todo es que es solo mía.

—¿Tuya?

—Siempre lo has sido – la besé sin dejarla replicar.

Sonreí para mis adentros cuando me siguió el beso e incluso pasó sus manos alrededor de mi cuello para poder estar más cerca de mí. Sentí sus caderas moviéndose sobre mis piernas y ella soltó una leve risa al escuchar un jadeo de mi parte; ella era consciente de cómo me afectaba cuando hacía esos movimientos, y si ella lo pedía, yo se lo daría sin importar qué.

—¿Tenías planeado esto? – me preguntó acariciando mis labios.

—Tal vez – sonreí divertido.

—Por eso estaba este mantel aquí cuando llegué.

—Era parte de tu fiesta de cumpleaños, solo que un poco más íntima y solo entre nosotros dos.

—¿En serio? – rió.

—Por supuesto, preciosa – volví a besar sus labios, pero esta vez haciendo el beso un poco más lento y cariñoso.

Poco a poco y con cuidado de no lastimar su pierna, la fui acostando sobre el mismo mantel. Una vez que quedó acostada, me puse encima de ella sin apoyar todo mi peso. La miré directamente a sus hermosos ojos y la besé; ella correspondió y nos sumergimos de nuevo en un delicioso beso.

—¿Estás segura? – le pregunté mientras ella se deshacía de mi camisa.

—Totalmente segura – observé su rostro, el más hermoso de todos, sus rasgos, sus ojos, su refinada nariz, sus largas pestañas y las pecas que adornan sus mejillas.

—Eres increíblemente hermosa.

—Lo sé – reí divertido por su egocentrismo.

—Me encanta tu egocentrismo.

—También lo sé, a mi me encanta tu cabello – negué entre risas.

Me acerqué a ella acariciando sus mejillas; me miraba directamente a los ojos e incluso los cerró al sentir la delicadeza de mis caricias en su piel.