#9: Atrapada

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Miré hacia arriba a los ojos tan familiares de Eric como un ciervo atrapado.

"Uh..." comencé.

Eric agarró mi brazo y me levantó bruscamente.

"Vamos." Dijo, arrastrándome de vuelta a las escaleras.

He sido atrapada, no menos que por Eric. No había nada para decir, asique lo seguí. Él soltó mi brazo mientras descendíamos los rústicos escalones, hasta que llegamos al final. Él se paró en frene de mí.

"¿Por qué siempre me encuentro contigo? ¿No te quedas nunca en un solo lugar?"

"Um, no realmente. Necesitaba aire asique fui a caminar."

"Bueno como que eso no está permitido." Dijo, agarrando mi brazo y arrastrándome hacia las vías del tren.

Nos paramos uno al lado del otro, esperando el tren.

"¿Sabes qué hora es?" preguntó.

Sacudí mi cabeza.

"Demasiado tarde para volver a tu dormitorio. ¡Si Cuatro o Max te ven en las cámaras, serás una sin facción!"

"Perdón."

Él me disparó una mirada desafiante.

"Ahora voy a tener que escabullirte a Osadía de alguna manera."

El tren rodeó la esquina desde la distancia e hizo su camino hacia nosotros lentamente.

"Solo quería salir. No sabía que no se me estaba permitido salir." Dije.

El tren nos pasó, y seguí a Eric corriendo. Él saltó y desapareció adentro. Lo seguí, y aterricé en mis pies, uniéndome a él adentro del vagón del tren. Él se sentó en el piso y se inclinó de lado, sacando algo de sus bolsillos.

Cigarrillos.

No sabía que él fumara. ¿Por qué tendría que saberlo? No es como si estuviera a su lado 24/7. Aunque a veces siento como si lo estuviera.

Eric sacó un encendedor de su paquete rojo y blanco y lo encendió, soplando hacia mí mientras me sentaba a su lado.

"¿Quieres uno?" preguntó.

"Seguro."

Tomé un cigarrillo de su mano estirada y dejé que lo encendiera por mí. Este pequeño gesto me hizo sonreír. Él no era todo malo, no importaba cuánto tratara de serlo.

Inhalé el humo y lo sostuve por un momento antes de soplarlo hacia arriba. Había fumado una buena cantidad de cigarrillos cuando estaba en Erudición. Mi vecino siempre tenía y me daba algunos de su paquete. Era raro tener cigarrillos, a menos que estuvieras en Cordialidad y cultivaras tu propio tabaco.

"¿Entonces, cómo me vas a meter?" pregunté.

Él tomó otra pitada.

"Fácil, subimos por la escalera de escape hacia la ventana de mi sala de estar. Duermes en mi sofá, y cuando ellos hagan cambio de turno en la mañana, te llego de vuelta a tu dormitorio."

"¡No voy a dormir en tu casa!" repliqué.

Sus ojos encontraron los míos y él me dio una mirada fría.

"¿Quieres ser una sin facción? Porque Max no tolera insubordinados."

Agaché mi cabeza en derrota.

"Bien."

Cuando el tren llegó a Osadía, salté primera y esperé a que Eric liderara el camino.

Él agarró mi brazo y me arrastró alrededor de la parte de atrás de un alto edificio. Cuando llegamos a la escalera de escape, suspiré cuando no podía encontrar la barra inferior.

"¡Salta!" Eric demandó, observando alrededor impacientemente.

Lo hice, pero la barra de metal estaba al menos un metro sobre mi cabeza. Antes de que pudiera saltar una tercera vez, sentí sus grandes, ásperas manos agarrar mis caderas y levantarme. Este pequeño momento de contacto físico hizo que mis endorfinas se alborotaran.

¿Cómo puede hacer eso con solo un toque?

Agarré la barra una vez estaba lo suficientemente cerca y me impulsé hacia arriba. Me sonrojé cuando me di cuenta de cuán cerca estaba su cara de mi trasero.

Escala, Lucy.

Conté diez barras en mi camino hacia arriba, e hice lugar para darle a Eric espacio.

La forma en la que sus músculos se movían mientras él escalaba, me hizo aparecer piel de gallina.

Iron Hide, Silk Heart | Eric Coulter Fan FicciónWhere stories live. Discover now