#10: Osadía o Verdad

10.2K 630 76
                                    

Escalé a través de la ventana después de Eric y miré alrededor de su grande apartamento. Era casi muy limpio, como si no estuviera nunca aquí.

"¿Quieres una bebida?" preguntó, yendo a la pequeña cocina del otro lado de la habitación.

"Seguro." Respondí.

Me senté en el sofá de cuero negro contra la ventana e incliné mi cabeza hacia atrás. Debe ser tarde.

Eric volvió con dos vasos, ambos llenos de agua. Agarré el que me dio y bebí. Solo para darme cuenta de que no era agua.

¡Yuck!

Me estremecí por el fuerte gusto a alcohol.

"¡Podrías haberme advertido de que era vodka!" dije cuando él se sentó al otro lado del sofá.

"¿Dónde está la diversión en eso?" sonrió, bebiendo de su vaso.

"Nunca conocí a alguien que bebiera directo."

"¿Te gustaría algo más suave princesa?" preguntó, usando ese horrible sobrenombre.

Sacudí mi cabeza y tomé un largo sorbo esta vez, tratando de no vomitar mientras el horrible gusto pasaba por mis papilas gustativas.

"¿Ahora qué?" pregunté, mirándolo.

Él se encogió de hombros.

"Probablemente deberías dormir, ya que tienes entrenamiento mañana."

"Si quisieras que durmiera no me habrías dado alcohol." Afirmé, tomando otro sorbo.

Él solo sonrió otra vez.

"Tienes razón, mala mía. Tengamos una pijamada." Dijo sarcásticamente.

Ambos tomamos otro trago.

Realmente comenzaba a sentirme diferente ahora, y esperaba que él no se diera cuenta.

"Juguemos un juego." Dijo.

Le di una mirada de cuestionamiento.

"¿Qué tipo de juego?"

Pensó por un momento.

"Llamémoslo, Osadía o Verdad." Sonrió.

"¿Verdad o reto?"

Asintió.

"Está bien, pero voy a necesitar otra bebida para poder ser completamente honesta." Dije, dándole mi vaso y cruzando mis piernas al estilo indio.

Él lo tomó y fue a la cocina a llenar nuestros vasos. Él regresó rápidamente, entregándome el vaso que ahora contenía una bebida amarilla.

"Lo mezclé con limonada para que estuviera más diluido. No te necesito borracha en mi departamento."

Asentí y tomé un sorbo.

Mucho mejor. Buena idea Eric.

"Okay, tú primero." Dije.

Él se volteó hacia mí y puso sus pies en el sofá, sus botas en mi regazo. No me molestaba, mientras no me pegara en la vagina.

"Bueno, ¿Osadía o Verdad?"

"Um... bueno no quiero ser débil ahora, asique Osadía." Dije.

Él asintió, mirando alrededor de la habitación.

"Te reto a... um... tomar el resto de tu bebida."

"Psh, está bien." Dije, y bebí el contenido.

Él asintió, esperando su turno.

"Está bien, ¿Osadía o Verdad?"

"Osadía, duh."

"Está bien, te reto a tomar tu bebida sin hacer ninguna cara."

Y lo hizo, colocando el vaso en la mesa ratona y dándome una mirada aburrida.

"Demonios." Murmuré.

Él es demasiado duro para estar jugando este juego.

"Ahora tú." Dijo.

"Um, Verdad."

"¿Cuántas veces te has emborrachado?" preguntó.

"Al menos 8, tu turno."

"Osadía."

"Está bien..." dije, inspeccionando el apartamento.

"Te reto a usar algo que no sea negro."

"¿Qué pasa si todo lo que tengo es negro?" preguntó.

Sonreí.

"Entonces tienes que usar mi sostén rosa." Respondí.

Eric suspiró y fue al armario enfrente de su cama. Buscó por un momento, luego sacó algo negro de una percha.

Miré, mordiendo mi labio mientras él se sacaba su chaleco negro y remera. Su espalda estaba cubierta con un gran tatuaje tribal. Lucía malditamente caliente, incluso tan simple como era.

Él se puso una camiseta sin mangas y volvió a su lugar en el sofá.

"Tu turno." Dijo.

"Um, Osadía."

Él sonrió.

"Te reto a que te saque tu remera y me muestres ese sostén rosa."

Le rodeé mis ojos. Es tan pervertido. Me pregunto cuán sexualmente frustrado está.

Saqué mi camiseta de Osadía por mi cabeza y la arrojé a su cara, riéndome cuando él la posicionó en su cabeza como un sombrero, con el cuello alrededor de su frente.

"Okay, ahora tú."

"Uh, verdad."

"¿Cuán frustrado sexualmente estás?" pregunté descaradamente.

"Uh, bueno eso solo yo lo sé y tú lo tienes que averiguar, princesa." Guiñó.

"Eres asqueroso."

"Tú sigues."

"Osadía."

"Bien, te reto a hacer una voltereta hacia atrás."

"Bueno eso es fácil."

Me levanté y subí al brazo del sofá e hice la voltereta, aterrizando sobre mis pies con un golpe fuerte.

"¡Y aterriza perfectamente!" anunció.

"Ahora tú."

"Osadía."

"Te reto a que te quites tus botas." Dije con una sonrisa tonta.

Él lo hizo, removiendo también sus medias. Las olió, luego asintió en aprobación antes de tirarlas.

"Bien, tu turno."

"Verdad."

Él sonrió, frotando sus manos. Sus ojos grises brillaron con malicia.

"¿Eres virgen?" preguntó.

"Eso solo yo lo sé y tú lo tienes que averiguar." guiñé, tambaleándome un poco mientras me paraba con mi vaso. Caminé hacia la cocina.

Necesito otro trago si voy a ser tan valiente. No quiero recordar todas las cosas vergonzosas que le cuente a mi líder esta noche.

Iron Hide, Silk Heart | Eric Coulter Fan FicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora