#26: Debilidad

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Una semana había pasado y Eric todavía no había regresado. Cuando le pregunté a Max al respecto, él me aseguró que no había nada de qué preocuparse. Aparentemente Eric se había ido así muchas veces antes y siempre volvía ileso.

Mi trabajo como líder era divertido, y nunca he tenido que mandar a nadie todavía. Fui a Erudición ayer para hablar con Jeanine sobre un nuevo suero que ella estaba haciendo para el próximo año, y me llevó a su laboratorio y me mostró alrededor, introduciéndome a su grupo ahí. De todos mis años en Erudición, nunca había estado dentro del laboratorio.

Pasé mucho tiempo en vigilancia con Cuatro, y él era bastante divertido para charlar. Una de las ventajas de mi trabajo era que tenía un lindo apartamento en el ala de los líderes de Osadía. Hoy, iba a mirar algunos con Cuatro, y luego íbamos a ir al bar.

"No estoy segura de que me guste este. Es un poco pequeño, y el baño es rosa." Le dije a Cuatro, revisando el pequeño baño.

"Bueno hay dos más en la lista. Uno de ellos está al lado del de Max, y su apartamento es bastante grande asique quizás es el mismo modelo." Cuatro me dijo, mirando la lista que habíamos obtenido de Audrina, la "arrendadora".

El apartamento que finalmente había elegido era genial, y venía completamente amoblado además de la cama y algunas lámparas y almohadas que compré. Estaba al lado de Max, y a dos puertas de Cuatro. Pasé el resto del día siguiente mudando mis cosas y organizando, con la ayuda de Chrissy.

Antes de la cena pasé a Max en el pasillo y él me detuvo para preguntarme si me gustaba mi nuevo apartamento.

"Es lindo, bastante grande. Puede que lo pinte."

"Sí, Sasha pintó el nuestro también cuando se mudó aquí. Hey, alguien me dijo que Eric volvió. Si lo ves en la cena, envíalo a mi oficina, ¿si?".

"No hay problema, Max. Nos vemos." Dije, y partimos caminos.

Solo el sonido de su nombre envió escalofríos por mis brazos. Cuando entré a la cafetería, de repente me sentí pequeña. Pero era líder ahora y necesitaba actuar como tal. Eric estaba sentado con su amigo Brian en una mesa casi vacía, y me acerqué valientemente, sosteniendo mi barbilla en alto.

Cuando él me ubicó, un severo ceño fruncido apareció en su cara.

Me detuve en frente de la mesa, parándome atrás de un joven nacido en Osadía con cabello rubio. Eric levantó sus ojos a los míos y abrió su boca para preguntar, ¿Qué?"

"Max te quiere en su oficina." Dije.

Él resopló.

"Más tarde tal vez." Su voz era algo que pensé que nunca extrañaría escuchar, pero ahora mismo sonaba como miel.

Pero tenía que ser fuerte y afirmar mi autoridad.

"¿Qué hay de ahora?" ordené más que preguntar.

Su ceño fruncido se volvió en una sonrisa y le dio un vistazo juguetón a Brian antes de volver a mirarme.

"¿Por qué me estás hablando como si tuvieras alguna clase de autoridad sobre mí?"

Yo también sonreí y crucé mis brazos sobre mi pecho.

"¿Te refieres a tu maldita líder?" die.

Él arrugó sus cejas y volvió a mirar a Brian, como si no me creyera.

"Sí amigo, ¿no lo sabías? Ella ahora es la mano derecha de Max." Brian confirmó.

Eric se paró rápido y dio la vuelta a la mesa para irse.

"Bueno entonces, sí señora." Dijo suavemente, y salté cuando su mano le dio a mi trasero un ligero golpe mientras se iba.

Rodeé mis ojos, no queriendo admitir que me gustó. Dándole a Brian un pequeño asiento, fui hacia el otro lado para sentarme con Chrissy.

La mañana siguiente sin embargo estuvo muy ocupada, y se me unió Eric justo antes de sentarme con mi avena en el desayuno. Me sorprendió, e inmediatamente me moví para pararme pero su fuerte agarre atrapó mi antebrazo y me sentó de vuelta. La mirada en sus ojos era de sinceridad y juro que casi me derretí por dentro.

"Por favor, déjame hablar." Dijo.

"No, Eric. No hay nada que decir."

"Lo que viste y oíste no es lo que piensas. Sí, ella me besó pero me retiré." Dijo rápidamente mientras trataba de liberar de su agarre.

"Sí, está bien."

"Estaba tratando de decirle algo-"

"¡Oh, ahórratelo Eric! Sé lo que oí y sé que estabas planeando dejarme por ella. Te oí decirle que me dirías después de la cena."

Su cara se volvió en un ceño fruncido y finalmente solté mi brazo.

"Eso no es lo que le estaba diciendo." Dijo precipitadamente mientras me paraba y empezaba a alejarme.

"¡Iba a decirte que te amo!".

Mis pies dejaron de moverse casi al mismo tiempo en el que la cafetería se silenciaba, y otra vez todos los ojos estaban en nosotros. Cuando me volteé, Eric se subió al mostrador y se paró a unos 6 metros. Sus ojos eran grandes e intensos, casi desesperados mientras me miraba. Crucé mis brazos sobre mi pecho, mi corazón latiendo más rápido a cada segundo. ¿Él me ama?

"¿Qué?" casi susurré, atrapando la hinchazón en mi garganta.

Cada persona en esta habitación estaba mirando, y temía que Eric se acobardara y se fuera. Su personalidad elusiva no lo dejaría mostrar esta especie de debilidad en frente de alguien, menos de todos.

"Lucy, estoy enamorado de ti. Eso es lo que estaba planeando decirte después de la cena. Y no sabía cómo reaccionarías."

Mis ojos se suavizaron por él, y sabía que él estaba desesperado por no esperar a que estuviéramos solos. Había algunos murmullos pero nadie se movió o apartó la mirada. La repentina atención me tenía sonrojada pero no era lo suficiente para hacerme ignorar las palabras de Eric.

"¿Estás enamorado de mí?"

"Estoy irremediable e irrevocablemente enamorado de ti..." dijo, lentamente viniendo hacia mí mientras los susurros se volvían más fuertes.

Tomó toda mi fuerza pelear las lágrimas mientras tomaba dos pasos hacia adelante. Cuando él estaba lo suficientemente cerca, me ahogué. "Eric..."

"Solo cállate y bésame." Ordenó, y con eso él agarró mi mano y azotó mi cuerpo contra el suyo y presionó sus labios en los míos, besándome fuertemente con mucha ferocidad.

La cafetería estalló en gritos, acompañados de algunos silbidos y me dejé ir en los brazos de Eric. Él había ido contra cada instinto de su ser para decirme que me amaba. Tenía poca duda de que quien presenciara esto haría que se avergonzara. Cuando se apartó, me dio una rápida sonrisa antes de voltear su cabeza con un amenazador ceño fruncido.

"¡Bien, todos cállense y coman su comida!" gritó, y en un instante todo estaba callado mientras todos temerosamente continuaban con su desayuno.

Después de eso, Eric y yo fuimos a su apartamento y pasamos el día en cama mirando películas y teniendo mucho sexo. Muy buen sexo. Tú sabes, del tipo que te da dolor de cabeza cuando te sientas y tus piernas se sienten como gelatina.

Iron Hide, Silk Heart | Eric Coulter Fan FicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora