¡No puedes traerla aquí!

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Después de la primera resolución de su primer caso, a todo el mundo le quedó claro que Shelock Holmes y Anna Daniels eran dinamita pura si se les ponía a trabajar juntos. Que eran una bomba a punto de estallar, pero muy beneficiosa para el avance de casos.

Lestrade estaba dispuesto a correr el riesgo de una explosión.

Sherlock tenía comienzos de una úlcera gástrica.

Anna se la pasaba de lo lindo jugándole bromas al "detective".

John y Mary, habían hecho una bitácora en video sobre los mejores berrinches de Holmes.

─ [...] ¡Otro caso más! Debería aumentarles el sueldo... Ah, es cierto, Sherlock, a ti no te pago.

─Pero a mí sí, podría darme su sueldo.─ musitó Anna con una sonrisilla maliciosa.

─Eso ni lo sueñes, listilla.─ replicó Sherlock. A pesar de necesitar el dinero, se negaba a que el gobierno le pagara por sus servicios, su mayor incentivo era que los "mejores detectives de Scotland Yard y el mundo" tuvieran que acudir a él para resolver sus casos.

─Ya cállense los dos. Por ahora son libres, vayan a comer, a dormir... No Sherlock, a matarse no.─ Lestrade dio por cerrado el décimo caso que trabajaban sus "dos mentes brillantes". Y apenas llevaban una semana juntos. Todo no podía ser más feliz. Excepto Sherlock y Anna, ellos no eran para nada felices trabajando juntos. Siempre reñían, cada que había una situación peligrosa, uno intentaba echar al otro primero para ver si de pura "suerte" le mataban.

Anna intentó hacer colar a Sherlock en medio de las vías del tren durante una persecución. Sherlock había intentado, por su parte, aventar desde lo más alto a Anna del Big Ben. Ambos habían fallado, pero como siempre se decía el detective: "ya llegará el día en que esté distraída".

Ese jueves, la mañana estaba radiante. John había acompañado a Sherlock, pues aquél cada vez tenía más problemas con su repentina úlcera. Una vez que terminaron con Lestrade, ambos detectives salieron del despacho, Anna fue a su oficina, y Sherlock fue a encontrar a John que esperaba en la máquina de café.

─ ¡Hola, John!─ gritó Daniels mientras caminaba a su oficina.

─ ¡Anna, hola!─ respondió el doctor con una sonrisa alegre, Sherlock se paró enfrente de él con el ceño fruncido. ─ ¿Qué? Que tú no te lleves con ella no quiere decir que yo no pueda ser su amigo. Es una chica muy divertida, si le dieras una oportunidad no tendrías que sufrir esa úlcera.

─Es una pesada, listilla, idio...

─ ¡Holmes, cállate!─ le riñó John y le pasó un vaso de agua. Sherlock levantó una ceja.

─ ¿Agua?

─Ni creas que te voy a dar café, tienes una úlcera.─ Sherlock abrió la boca pero Jhon levantó una mano callándolo. ─Tampoco te lo dará la señor Hudson, ya le di instrucciones precisas de qué puedes comer y qué no.

─ ¡Fantástico!─ gruñó Sherlock.

─ ¿A dónde vas?

─Mmm, debo de ver a una anciana en Kings Cross en una hora. Tiene un caso interesante...─ el detective se bebió el agua de un trago y dejó el vaso en la mesilla, tomó un puño de galletas y se lo echó al bolsillo de su abrigo. John puso los ojos en blanco.

─ ¿Quieres que te lleve?

─Ahora que tienes carro, quieres llevara a todo el mundo, a todos lados.

─Tú simplemente no puedes aceptar un favor.

─No es eso. Iré por mi cuenta, no quiero desviarte.

Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]Where stories live. Discover now