Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]

Capítulo 14: Have you seen this killer?

─ ¿Quieres un poco de té? O quizá quieras café...

─No quiero nada.─ Sherlock apenas si abrió la boca para responder y no se dignó a ver a Anna que tenía una charola en sus manos con una tetera y dos tazas sobre ella. La chica se giró hacia John y le ofreció de igual manera, el doctor le tomó una taza y agradeció el gesto.

─Sherlock...─ intentó de nuevo Anna, pero el detective se volvió con el ceño fruncido.

─ ¡Ya te dije que no quiero nada! ¡Vete!─ Anna abrió la boca pero no dijo nada, se dio la vuelta y salió del departamento dando un azotón de puerta. John dejó su taza sobre la mesa.

─Nada, óyelo bien, Sherlock: Nada te da derecho a ser un grosero con ella.─ dijo el doctor mirando ceñudo a su amigo, aquél levantó las manos.

─Perdón. Ya se me había olvidado lo sensible que era.

─ ¿Y tú no eres sensible?

─Claro que no. No me dejo llevar por idioteces...

─Ah, claro que no, por eso te comportas como un tonto y te desquitas con los que no lo merecen. No te entiendo... Sabes bien que no fue su culpa. Y a pesar de todo...

─Sherrinford va a morir esta tarde. No quiero hablar más del asunto, y mucho menos de Anna. No me interesa... No por ahora.─ John bufó y dejó el tema por la paz. A los veinte minutos Anna subió de nuevo, no dijo nada a ninguno de los dos, sino que se pasó derecho a la habitación para tomar su abrigo. John vio que tenía los ojos rojos al igual que la nariz. Sherlock también pero la ignoró, se limitó a cuestionar: ─ ¿A dónde vas?

─Eso no te importa.─ replicó ella saliendo del departamento. Sherlock soltó el aire.

─Tienes razón, no me importa.─ alcanzó a decir antes de que ella cerrara la puerta. John se tomó el tabique de la nariz.

─Te vas a arrepentir, Sherlock.

─Yo jamás me arrepiento...

─No, obviamente... "Soy el perfecto Sherlock Holmes, todo me sale bien ¡Nunca cometo ningún error!"

─Ya te salió caro una vez andarme imitando... Yo de ti no lo haría de nuevo.─ siseó el detective. John se puso de pie, botó el cojín que tenía en el regazo al sillón y caminó hacia la puerta.

─Mira Sherlock... La señora Hudson, Anna, Mycroft... Yo... No estamos condenados a la muerte... Aún estamos aquí. Deberías aprovecharnos más. Yo de ti lo haría.─ dijo el doctor antes de azotar la puerta y bajar las escaleras. Sherlock suspiró y se hundió en sus brazos, no paraba de culparse, una y otra vez venían a su mente viejos recuerdos que él había suprimido, y que ahora lo atacaban como un panal de abejas enfurecidas, dañándolo... Recordándole lo humano que era y cuánto dolía serlo.

─Señora Hudson.─ la casera se giró para ver al doctor y con gesto angustiado comentó:

─ ¿Cómo sigue?

─De un humor que no sé cómo se aguanta.─ el doctor tomó el periódico y se sentó en el pequeño comedor. La casera se limpió las manos en una servilleta y suspiró.

─Yo no sé por qué nadie me había dicho que ese jovencito era su hermano... Siempre soy la última en enterarme.

─Señora Hudson, tendríamos que haberle dicho que era un psicópata...─ replicó el doctor.

─Mi esposo era un mafioso, creo que a estas alturas ya me acostumbré. Ya van dos de mis inquilinos que fingen su muerte y vienen después a darme un infarto. Nada más faltas tú en morir y resucitar...