PRÓLOGO

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El hombre se arrastraba lentamente por el pasillo oscuro. Las baldosas frías le hacían daño, la sangre que dejaba a su paso podría haber servido para pintar las paredes. Sabía que iba a morir pronto, y a esas alturas, ya se había resignado a ello.

Había contado cada día que pasaba en esa asquerosa prisión, sólo por mantenerse cuerdo, sólo por no perder la cabeza, sólo porque era lo único que lo hacía sentirse vivo... humano.

La puerta al final del pasillo se abrió de golpe, y él detuvo sus movimientos, un oficial entró a paso seguro haciendo sonar sus botas de cuero en el piso. El hombre lo escuchó acercarse a él, mullido, hecho una piltrafa humana, el policía se paró sobre su sangre, chapoteando en ella como si el color rojo en sus pulidas botas no le importara.

─Lo lograste, coronel. Hoy te vas de aquí, aún no sé quién fue tu benefactor, pero puedes mandarle mi más sincero desprecio.─ el oficial puso su pie sobre la espalda del hombre que aulló de dolor dejándose caer al piso, sintiendo lo frío que era en su mejilla y su pecho. El policía lo pisoteó como un gusano, y él así se sentía, como un vil gusano que había perdido todo. ─Adiós coronel, presiento que nos veremos muy pronto...

El hombre se quedó pegado al piso, tratando de recobrar el ritmo normal de su respiración, sudoroso, dolorido y temblando de rabia. Sin embargo, una ola de excitación le abrazó el pecho, hoy se iba... Por fin salía de ese desgraciado agujero negro en el que había caído por la culpa de él... ¡Pero no más noches de sollozos solitarios! Por fin estaría libre... Y él sufriría, oh, claro que sufriría... Sherlock Holmes le iba a pagar por todo lo que hizo.

Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]Where stories live. Discover now