El caso de los Cuatro Puntos Cardinales: Enamorado.

6K 597 304
                                    

Anna despertó, pero como lo habían asegurado los doctores, no pudo caminar, sus piernas fueron las más dañadas, eso contando con que su rostro estaba más morada que blanco. Tenía que estar en rehabilitación durante unos tres meses como mínimo, hasta entonces podría caminar.

Dos semanas después le dieron el alta completa y pudo volver a Baker Street. La señora Hudson le preparó una tarta de bienvenida, pero Mycroft se había llevado la mitad cuando había visitado a Sherlock por la mañana. Cosa que la Señora Hudson no toleró y le reclamó al menor de los Holmes, el que se defendió reclamando que él no tenía culpa del estómago y apetito que poseía su hermano mayor.

Anna estuvo muy divertida en la discusión.

Sherlock estaba ocupado con el caso de los Cuatro Puntos Cardinales, como le había bautizado John. Pues cada uno de los símbolos encontrados, junto con los cuerpos, habían sido en un punto específico de Londres. Del modo que al trazar su ubicación en un mapa daba como resultado que estaba ubicados al Norte, al Este, Oeste y Sur.

John había empezado a redactar la respectiva crónica del Caso en su blog. Entre Lestrade y un policía, subieron a Anna hasta su habitación. John subió la silla de ruedas que ahora sería su nueva forma de transporte, y Sherlock sólo se dignó a subir.

─Vaya, realmente luces mal...─ dijo el detective una vez que se dignó a visitar a su compañera de piso.

─Gracias, yo también te extrañé.─ John ya se había marchado, pues tenía muchas consultas, al igual que Lestrade había vuelto a Scottland Yard. La señora Hudson bajó a preparar la comida, así que sólo se quedaron ambos detectives. ─ ¿Me podrías poner al tanto de los avances en el caso?

─Ya casi lo tengo resuelto, me falta un eslabón en la cadena.

─Bueno, considerando las vacaciones forzosas a las que me sometí, creo que es justo que me dejes ayudarte a encontrar ese eslabón. Sabemos que este caso era originalmente mío.

─Sí, y lo ibas a resolver muy bien echada en esa cama.

─ ¡Ponme al tanto, Holmes!

─Vale, ahora vengo...─ Sherlock desapareció un momento y luego volvió con unos mapas, y su ordenador. ─Ya tengo varias identidades, empezando por los dos tipos que accionaron el metro cuando tú estabas investigando.

─Vaya, me gustaría patearles el trasero...

─Ya están en la cárcel, si te sirve de algo...─ aclaró Sherlock.

─Bien, continúa. No es una secta, Anna. Nos equivocamos.

─Ay no...

─Sí, a mí también me costó aceptarlo. Es un conflicto empresarial.

─ ¿Qué?

─Dos empresas transnacionales iniciaron una carrera comercial. Conquistar los mercados internacionales en menor tiempo.

─Y matar gente inocente, manchar la pared con símbolos de sangre, ¿son parte de su carrera?

─Así es. Los muertos no son tan insignificantes como creíamos. Todos trabajaron en una u otra empresa en alguna parte de su vida. Por eso sólo fueron cuatro. Dos de cada uno. Una empresa mandó a matar a uno, luego la otra respondió igual y así hasta que aparecimos nosotros.

─Y metimos las narices donde no nos llamaban.

─Exacto. Por eso fue que se quisieron deshacer de nosotros, bueno, de ti. Tú eres la titular en el caso, por eso no me atacaron a mí.

─Hmmm, a buena hora me entero. ¡Ojalá te hubiera regalado el caso antes!

─Muy tarde, listilla.

Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora