Capítulo 11: Billy

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Una semana sin noticias ni de Johanna ni de los maleantes que la tenían secuestrada, tenían a todos en Baker Street muy estresados. Y no era para menos, John presionaba a Sherlock, Sherlock presionaba a Anna, Anna presionaba a Zach, Zach se presionaba a sí mismo y la cadena volvía a empezar.

Sin embargo, "los malos" no la tenían tan fácil después de todo. Cuidar de una niña tenía los pelos de punta a Clint Stanford, Johanna echaba en menos a sus padres y llorar era una de sus actividades favoritas, trastornando a sus captores.

─ ¡Haz que se calle!─ estalló El poeta apuntando con la pistola a la niña que con los ojos llorosos miraba a Sebastian y a Clint alternadamente para echarse a llorar al instante. ─Te juro que la mataré...

─ ¿Por qué no vas a drogarte o algo parecido? Me estorbas quejándote aquí, y ni siquiera ayudas.

─Eso es tu problema, tan sencillo que es deshacerse de la niña. Pero como siempre te quieres dar aires de grandeza haciendo el drama del siglo.

─Ya te dije cuál es el plan, y entre más hables y te quejes, más me voy a tardar en hacerlo.─ Sebastian extendió una nota al Poeta. ─Manda a alguien para que se la dé a Sherlock Holmes, en persona, ¿entendiste?

─Sí, jefe.─ replicó el aludido con el ceño fruncido.

***

Sherlock ya toleraba a su hermano (de nueva cuenta), habían hecho las paces cuando Sherrinford dio una lista de lugares y gente con la cual podría haber trabajado Moran y su cómplice, resultando de gran utilidad para mantener ocupado al detective en algo.

Esa mañana se encontraban en el hospital Barth's. Sherlock había recibido una nota de parte de Sebastian Moran en la que le decía: "Hora del juego, encuéntranos". El detective sometió a un análisis crítico y riguroso el trozo de papel, con tal de sacar toda la información posible de la procedencia.

Manchas de distintas sustancias podrían ser la miga que los dirigiera directo hacia Johanna. O bien que sólo sirviera para distraerlos. Lo que fuera, éste era el primer contacto que hacían los secuestradores, y eso era mejor que nada.

─ ¿Al menos podrías ayudar?─ siseó Sherlock mirando con atención un trozo de papel bajo el aumento del microscopio. Sherrinford, que hasta entonces se había estado dando vueltas en una de las sillas metálicas, detuvo su juego para andar hasta su hermano.

─ ¿Problemas? ¿Ya olvidaste cómo usar el microscopio, Sherlol?─ preguntó el menor asomándose por el hombro de su hermano mayor, aquél lo empujó.

─Saca los tubos de ensayo del centrifugado y dime si ha ocurrido algo de interés.─ el mencionado hizo lo que le dijeron, observó a ojo crítico los tubos y negó para sí mismo.

─Ninguna reacción química anormal. Ninguno respondió a los estímulos. ¿Tienes más pruebas?

─Molly las traerá en un momento.

─ ¿Molly? No la conozco...

─Ni lo harás, sólo le recibes las pruebas, las metes en el centrifugado y te callas.─ lo dicho ocurrió momentos después. Molly apareció con otra dotación de tubos de ensayo con contenidos de distintos colores, con dificultad abrió la puerta y se rodó para poder entrar al laboratorio. Sherrinford acudió a su ayuda y le recibió la base con los tubos.

─Hola, Molly...─ dijo el rubio con un tonito divertido. Sherlock se aclaró la garganta de manera significativa levantando apenas la vista para ver qué hacía su hermano. Molly miró al contrario y sonrió de una manera que al detective no le gustó.

Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن