Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]

Rivales 2- Epílogo

─Señor Harrington. ¿Puedo hablarle un momento?

─ ¿Qué pasa ahora, señor Carrier?─ el hombre de lentes hizo un ademán para que el recién llegado se sentara. ─ ¿Qué fechoría hicieron ahora?

─No es en plural, señor Harrington. Se trata de nuevo de...

─Oh, no me lo diga... Holmes.

─Sí, señor. De nuevo fue él. Ya no sé qué hacer con ese niño. ¡Siempre se trata de él! Si no es con los demás alumnos es con los maestros... Debe poner una solución a este problema.

─Cálmese, por favor. Mande al muchacho.

─Estar aquí no le asusta como a los demás, sabe... Creo que ese niño es anormal.

─Deje de decir idioteces y mande a Holmes de inmediato. Me temo que yo también ya me cansé de tenerlo aquí...─ el señor Harrington se inclinó en su escritorio para abrir un cajón y sacar un expediente bastante gordo y lleno de papeles mientras el señor Carrier cerraba la puerta de la oficina. El señor Harrington suspiró pesadamente y se quitó los lentes para poder descansar la vista. ─Holmes, Holmes... ¿A dónde vas a parar?─ se dijo mientras volvió a colocarse los lentes y echó un vistazo al registro de "fechorías" que tenía frente a él. Acusaciones que iban desde "Decirle idiota al profesor de matemáticas" pasando por "Contaminar y mantener en cuarentena el laboratorio de química por experimentar con gases nobles" hasta "Matar al perro del señor de la limpieza tres veces seguidas y revivirlo sin decir cómo". ─ ¿Qué será de usted, señor Holmes?

El señor Carrier llegó al salón justo en el momento en que tenían sometido al chico de cabello rizado entre cuatro alumnos. Todos lo soltaron en cuanto el profesor pisó el salón de clases, Holmes se puso de pie, se arregló con vehemencia el saco y dirigió una mirada gélida a los contrarios.

─Holmes, el director quiere verte, ahora.

─ ¿De nuevo? ¿Qué me dirá esta vez? He hecho planillas adelantadas de "No debo maldecir en clase" y "No debo tratar como idiotas a los que son idiotas"...

─Cierre la boca.─ dijo el señor Carrier a punto de perder la paciencia. Preguntándose cómo es que por un momento llegó a desear que esos cuatro abusones golpearan al chico. ─Vaya a la oficina ahora mismo.

─De acuerdo... Qué pérdida de tiempo.─ el rizado salió arrastrando los pies con la carga de flojera más grande que pudo expresar, tenía medio cuerpo afuera cuando el señor Carrier llamó de nuevo su atención.

─Lleve sus cosas, señor Holmes.─ todos se burlaron, y hasta entonces el chico pareció un tanto desubicado. Con algo de sorpresa se volvió a recoger su material escolar y echarlo en su mochila. Acto seguido salió del aula con algo más de intriga. Ignorando a la secretaria, pasó derecho a la puerta del director y tocó. Un "adelante" le dio acceso a esa inmaculada jaula de temor que a todos (excepto a él, claro), parecía asustar y poner nerviosos.

─Señor Holmes.

─Señor Harrington.

─Tome asiento, por favor.─ Holmes se sentó y dejó escapar un gran suspiro. El señor Harrington seguía pasando las hojas del expediente con el ceño cada vez más fruncido. ─Señor, Holmes. Tiene usted 10 años y causa más problemas que los alumnos del "área especial" juntos. Me temo que tendremos que ubicarlo ahí...

─No, por favor... Ahí derrochan más idiotez que con los del "área normal".

─Señor Holmes...─ Harrington se quitó los lentes de nuevo y se limpió la cara con un pañuelo. ─En toda mi carrera como docente y posteriormente como director de este Colegio, jamás había tenido que enfrentarme a una situación tan desagradable como esta. Tiene usted un promedio brillante, un cerebro dotado y casi bendecido. Pero un carácter....