6. El anciano sin batón

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Sherlock estaba al borde de una operación de vesícula biliar. Todo gracias a Anna y a Sherrinford. La primera estaba paranoica. Y el segundo estaba loco. El detective tenía terror cada vez que Steve se paraba en su departamento, el corazón le latía de forma frenética pensando que en ese nuevo asesinato estaría involucrado su hermano menor, como la cabeza del crimen.

Sherlock llegó a pensar que Sherrinford debió haber sido el hermano menor de Moriarty, y no el suyo.

Claro que eso hubiera sido una pesadilla, ya que no sólo hubiese tenido a Jim tras él, sino al demente de Sherrinford también. Seguramente ya estaría muerto, y bien muerto, no tonterías.

─Si alguien te sigue de nuevo, me llamas al móvil y Mycroft mandará a alguien, me lo prometió.

─ ¿Y si llega demasiado tarde?─ Anna se aferró al brazo del detective.

─Usa el cerebro, si alguien quisiera matarte, ya lo hubiera hecho. Vives sola, andas sola por la calle, el mundo cree que ya estás muerta... ¿Por qué simplemente no te hinca un cuchillo?

─No eres muy amable, ¿sabes?─ se quejó la chica soltándolo. Sherlock bufó.

─Así te gusto... Ahora tienes que irte, Hudders está por subir mi almuerzo.

─Ok, ok, ya me voy. Te traigo las pruebas a las seis.

─Mejor a las siete, la señora Hudson retrasó su juego de bingo una hora.

─ ¿Algo anda mal?

─No para ella. Flowers se rompió la pierna y tiene cita con el médico.

─ ¿Qué le pasó?─ Anna estaba con medio cuerpo fuera de la ventana de la habitación de Sherlock, el detective se encogió de hombros.

─Se tropezó con su gato.

─Señor Holmes, pase, pase... ¿Café?─ Steve se deshizo de todo el papeleo que tenía sobre su escritorio para poder atender al detective consultor, aquél negó. ─Bien, ¿qué me puede decir del caso?─ Sherlock sonrió, no porque sintiera placer se estar frente a Trainor, sino porque de nuevo había resuelto un caso sin que Sherrinford se viese involucrado.

─El asesino es Ali Hammed.─ el detective presentó toda su teoría. Y Trainor le dio luz verde para el arresto. Sin embargo, en ese justo momento Sally irrumpió en la oficina de Steve dándoles un susto de muerte a los dos hombres.

─ ¿Qué demonios pasa, Donovan? ¿Por qué el escándalo?─ gritó Steve poniéndose rojo por el susto y la pena. Sally miró inmediatamente a Sherlock y él sintió una punzada de alerta.

─Clint Stanford escapó de la cárcel.─ el detective se puso de pie tan rápido que Trainor volvió a brincar.

─ ¿Quién...?─ musitó Trainor, Sherlock se volvió hacia él y le espetó, más fuerte de lo que en verdad quiso:

─ ¡EL POETA!─ dicho esto salió pitando de la oficina y luego de Scotland Yard. Una extraña sensación de pánico le abrazó el pecho... ¡John! ¡Anna! ¡La señora Hudson!

─ ¡Holmes! ¡Holmes! ¡SHERLOCK!─ Steve Trainor iba jadeando tras el detective que se le atravesaba a medio tráfico para poder parar un taxi. ─ ¿A dónde demonios va?─ preguntó Steve a Donovan una vez que Sherlock había conseguido un carro y dejó muy atrás a los policías.

─No lo sé. Seguramente a advertir a su gente... Clint Stanford intentó matarlo a él y a Anna hace un año.

─ ¡¿Anna?!─ Sally levantó ambas cejas al escuchar el grito de Steve. ─No puede ser... No puede ser.─ ahora fue Trainor el que echó a correr hacia el estacionamiento y se fue sin dar explicación alguna. Sally Donovan se quedó más confundida de lo que estaba al principio.

Rivales [Fanfic de Sherlock BBC]Where stories live. Discover now