1.La vida cambia.

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Dedicado a: Sheelf21

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2 años después

Adam.


Aparto las sábanas de mi cuerpo y me levanto de la cama para dirigirme a la ducha y después cambiarme.

Es muy temprano para que Dylan se despierte así que cuando termino de ponerme mi traje para el trabajo bajo a la cocina a prepararle el desayuno.

Cuando todo está listo dejo el jugo en la mesa y subo las escaleras que conducen al cuarto de mi pequeño, sólo que cuando abro la puerta noto que ya no está en la cama.

— ¿Dylan?—Pregunto algo asustado al ver su cama desecha y sin rastro de mi pequeño por la habitación.

—Aquí estoy, papá—responde saliendo del baño tallándose los ojos.

Sonrío al verlo y me acerco a él dejando la charola del desayuno sobre un mueble a mi derecha cerca de la pared

Poniéndome de cuclillas hacían él le digo:

—Veo que ya te despertaste pero aún traes el pijama. Así que vístete para que bajes a desayunar. Yo traía el desayuno pero será mejor que lo devuelva a la cocina. Así que cámbiate, cariño.

—Sí, papi.

Da media vuelta y entra de nuevo al baño cerrando la puerta por detrás.

Es increíble como algunos pequeños se vuelven tan independientes de sí mismos y hacen que los padres nos veamos como niños en lugar de serlo ellos.

Salgo de la habitación y bajo de nuevo hacia la cocina para dejar la charola del desayuno y posteriormente ponerlo en la mesa del comedor.

Mientras arreglo la mesa poniendo un plato adicional para mí escucho unos pasitos bajar corriendo las escaleras.

—Dylan, ya te dije que no bajes corriendo las escaleras— le aclaro asomándome hacia ellas con un trapo en mano.

Dylan está a mitad de las escaleras y al verme se detiene en seco y pone ambas manos en los barandales.

—Lo siento, papi—dice alzando ambas cejas mientras sonríe inocentemente.

Lo observo cruzándome de brazos y mirando hacia el suelo, Dylan baja los peldaños restantes con sumo cuidado y lentamente.

—Ven. Siéntate a desayunar—le indico dirigiéndolo al comedor.

Se acerca a la mesa y con mi ayuda se sienta en una de las sillas a mi izquierda.

Me siento y tomando el tenedor comienzo a comer el huevo revuelto con el jugo de naranja que he preparado.

Dylan hace la misma acción y alza ambas cejas degustando la comida.

— ¿Te gusta?

Asiente levantado las cejas y esbozando una pequeña sonrisa pero con los labios juntos, es decir, sin abrir la boca.

Al término del desayuno le indico a mi hijo que suba de nuevo a su habitación para cepillarse los dientes, mientras que yo levanto los platos y demás trates sucios para llevarlos al fregadero.

No puedo lavar los trates ahora, ya que si lo hago llegaré tarde al Jardín de niños de mi pequeño y no puedo permitirme eso.

Cuando salgo del comedor me dirijo a la entrada de la casa y Dylan baja las escaleras-esta vez sin correr-con su mochila en el hombro.

La apuesta de mi vida ✓TerminadaWhere stories live. Discover now