35. Decisión

30.3K 1.6K 358
                                    

Dedicado a: LylaRico
Espero que te guste este capítulo hermana perdida, y la sorpresa de a continuación

__________________________________________________________

April.


Los días transcurrían como las estaciones del año, a veces lentos, y otras demasiado rápido.

A la cita que tuve con Alan se le vinieron unas cuantas más y eso a Adam parecía incomodarle en cierta forma. Ignorarme ha sido la mejor opción que ha tenido para mostrar lo disgustado que se encuentra, aunque en ocasiones parece que no le importa en absoluto, lo cual resulta muy confuso.

¿Está celoso? ¿O acaso le preocupa que deje a Dylan por Alan como cuando me enviaron el correo de la NASA?

En realidad, no tendría que estar celoso, y si lo estuviera... Tal vez suene mal, pero eso significaría que siente algo por mí, sólo que teniendo en cuenta su comportamiento de indiferencia, creo que no podría ser.

Hoy me despierto con la esperanza de que al menos me dirija una mirada de odio, porque a juzgar por los últimos días, ya ni siquiera sé si es odio, celos, temor a que abandone a Dylan, o algo más. No me mira, apenas y me dice buenos días, ya ni siquiera viene a cenar, simplemente llega y dice que ya lo hizo en la oficina porque tenía demasiado trabajo.

Después de darme una ducha y arreglarme un poco, voy hacia la habitación de Dylan, sólo que él ya no está ahí, sus cosas se encuentran perfectamente arregladas como si no hubiese dormido aquí, sólo que no es verdad, yo misma lo arropé anoche.

Termino por encuentro en la cocina, terminando de desayunar con su padre, quien se encuentra recogiendo los platos sucios de la mesa mientras mi pequeño introduce a su boca la última cucharada de cereal.

—Al fin despiertas—habla Adam con frialdad y la mirada fija en el fregadero. Mi pequeño no hace nada más que seguir desayunando sin dirigirle la mirada a ninguno de los dos.

—Pero si son... Adam, falta una hora para que Dylan entre al Jardín del niños—le aclaro al observar la pantalla de mi celular que saco del bolsillo trasero de mi pantalón.

—Lo sé, pero si no estuvieses pensando en otras cosas, recordarías que Dylan entra media hora antes hoy.

—Eso no es...

«¿En qué momento, o qué día no me enteré de ello?»

Adam se dispone a quitar el plato vacío de Dylan, pero yo lo detengo antes de que pueda acercarse a la mesa.

Entrometiéndome entre él y la mesa, levanto el rostro para observarlo con decisión.

—¿Qué te sucede, Adam? ¿Ah? Porque... ¿Por qué te comportas de este modo desde hace dos semanas? -le exijo saber, aunque más bien mis preguntas suenan más a súplicas.

Él no me mira, su mirada se mantiene en el suelo y su ceño fruncido.

—Por favor dime por qué te comportas así, por qué estás molesto.

En su rostro se forma una sonrisa cínica y de burla, eleva su barbilla hacia mí y sus ojos se detienen a mi altura; parece como si me estuviera evaluando, como si...

—Yo no estoy enfadado con nada, y no me comporto de ninguna manera, ¿de acuerdo?—aclara con cierto tono déspota.— Aquí, la única que se ha comportado diferente estas dos últimas semanas eres tú, y has descuidado a Dylan por irte con ese tipo; hoy tiene que entrar media hora antes, por lo que debo llevarlo. Si me disculpas, tenemos que irnos.

La apuesta de mi vida ✓TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora