8.Fiesta sorpresa en camino.

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1 mes después.

April.

Después de haber comido con Adam, Dylan y su amiga-que ahora ya sé que se llama Amber- comencé a tener un vínculo mayor con Dylan.

Es como... La verdad ni yo misma sé explicar lo que está pasando con ese pequeño, pero de lo que sí estoy segura es de que me estoy encariñando con él más de lo que debería.

Dylan es un niño muy dulce y tierno que en menos de una semana ya lo amaba. De hecho creo que fue desde que lo ví en el centro comercial esa noche. Se supone que mi hermano debía ir por sus provisiones y la que terminó yendo fui yo, fue la mejor cosa que me pasó, conocer a Dylan ha sido lo mejor que me ha pasado.

—Oye, Aplil, ¿tú podlías ayudalme a organizal algo?— Me pregunta Dylan mientras colores un dibujo sobre la pequeña mesa de la sala.

—Claro.— Le contesto mientras sostengo un tazón en el que estoy mezclando huevo, pues en este mes me he convertido en una experta en la cocina. Todo gracias a mi querido hermano Mathew.—¿En qué quieres que te ayude?

—Es que en una semana va a sel el cumpeaños de mi papi y quisiela que me ayudes a hacele algo.

—Por supuesto que te ayudaré, pero... ¿Qué quieres hacerle? ¿Una fiesta sorpresa?.

—Sí. Esa es una buena idea.Y podemos hacele un pastel enolme— dice abriendo sus brazos y firmando un semicírculo en el aire emocionado.

—Ok, pero tenemos que comenzar a organizarla ya. Además no se tiene que enterar nadie.

—¿Podemos incuíl a Ambel?

—Por supuesto que sí. Ella es la mejor amiga de tu papi y ella lo conoce mejor.— Le contesto mientras sigo mezclando el huevo.

«Creo que si sigo batiéndolo, lo único que terminaré haciendo será masa de huevo. Aunque dudo que sea posible»

De un momento a otro siento la mirada de Dylan sobre mí y levanto la vista para mirarlo pero al hacerlo rápidamente se voltea y vuelve a concentrarse en sus dibujos.

Hace un mes hubiera jurado que detestaba a los niños. Más bien lo hacía porque, vamos, hoy en día los niños son un total desastre y la mayoría son unos malcriados de lo peor, pero Dylan... Dylan es diferente. Adam lo ha educado tan bien a pesar de ser padre soltero que me quedo anonadada con ello. Este hermoso ángel es eso, un ángel que en lugar de querer un IPod o un móvil, lo único que le importa es jugar con su padre en el jardín, salir juntos a comer un helado o simplemente cenar con él.
Nadie, ni siquiera yo me hubiese creído hace un mes que un niño de cuatro años se preocuparía por organizarla una fiesta sorpresa a su padre.

Y luego está la conexión inexplicable que siento con él; una conexión que estoy cien por ciento segura que no cualquier niñera la tiene.

Dejo de mezclar el huevo y me dirijo a la cocina para preparar la comida.

Después de terminar de preparar el Omelette con champiñones, limonada y un pequeño cóctel de frutas como postre, llamo a Amber para que venga a la casa... Eh... No, perdón, la casa de Adam: mi jefe.

Amber y yo nos hemos vuelto muy buenas amigas desde aquella comida en la que fui invitada por Dylan y casi a regañadientes de Adam.

La apuesta de mi vida ✓TerminadaWhere stories live. Discover now