17.La visita y por favor regresa a casa.

38.6K 2.2K 200
                                    

Adam.

Resulta extraño como es que cuando cometes un error y pierdes a una persona, quieres hacer hasta lo imposible por que vuelva contigo.

Es... Bueno, la verdad es que me refiero a cuando pierdes un amigo o alguien cercano, porque eso es April Mayer, la niñera de mi hijo que en cierta forma es...

Esto no tiene sentido, simplemente quiero que April vuelva y también que intentemos ser amigos. Fui un completo estúpido que no pensó antes de hablar y lo arruiné todo.

Como todos— supongo—, cuando te vas a disculpar con una persona no puedes llegar y sólo decir lo siento, debes llevar algo que demuestre que en verdad lo sientes. Es como para cerrar el trato del perdón.

Así que, de camino a la casa de su hermano, decido hacer una pequeña parada en una florería. Supongo que a April le gustan las flores.

Cuando vuelvo a subir al auto, pongo las flores que escogió Dylan con mucho cuidado en el asiento del copiloto. El ambiente se torna extraño y en silencio puesto que a pesar de que Dylan ya volvió a hablarme, no lo hará del todo hasta que April esté en casa con nosotros.

Aún es incómodo estar así con mi hijo. Jamás había pasado y sigo sin creerlo que todo fue por April.

Voy inmerso en mis pensamientos cuando de pronto diviso a Dylan observarme por el espejo retrovisor.

—Papi ¿y qué va a pasal si Aplil no quiele leglesal?

«Vaya, eso no se me había cruzado por la mente, pero si eso sucede entonces...»

—Entonces tendré que buscar otra manera de convencerla y traerla de vuelta.

Dicho esto, noto como Dylan sonríe ante mi comentario y burdamente hablando sé que él también haría cualquier cosa para que April regrese con nosotros. Haré cualquier cosa porque ella vuelva, pero Dylan es el más interesado en eso.

El auto sigue su curso hasta que llegamos a la dirección que me proporcionó Mathew. Al llegar al vecindario me sorprendo puesto que son unas casas muy lindas y acogedoras. Tienen su propio jardín y puedo jurar que no son más pequeñas que nuestra casa.

—Bien, llegamos— le aviso a mi pequeño rodeando el auto después de bajar para así abrirle la puerta y ayudarle a bajar. Vamos a traerla de vuelta.

—Si papi, tlaigamos de vuelta a Aplil.

Mi hijo me sonríe de nuevo y su sonrisa me demuestra que tiene grandes esperanzas en que no nos vayamos sin April. Sin embargo—y aunque yo esté en la mejor disposición—cuando entremos y hablemos con ella, la única que tendrá la última palabra será precisamente ella. Aunque... si ya dije que haría hasta lo imposible porque ella vuelva, no veo el por qué romper mi promesa.

Entrelazo la mano de Dylan con la mía y juntos caminamos hasta llegar al umbral de la casa, en donde se encuentra un tapete demasiado peculiar bajo nosotros.

"Nada dura para siempre, no importa cómo se sienta hoy"

La frase que se encuentra plasmada en ese pequeño tapete es demasiado cierta y profunda, porque después de todo, nada dura por siempre, aunque nosotros lo queramos. Podemos prolongarlo, pero tarde o temprano se terminará sin importar lo mucho que no lo queramos.

Presiono el timbre y de inmediato el sonido del mismo se hace sonar hasta adentrarse a lo más profundo de la casa. En menos de medio minuto, Mathew ya ha abierto la puerta y se encuentra frente a mí.

El chico que tengo frente a mí no se parece en nada al que recuerdo en el hospital. Ahora está... diferente. Luce cansado y los ojos rojos denotan que ha estado llorando, además, la ropa negra que lleva es demasiado extraña, lo que me hace pensar en...

La apuesta de mi vida ✓TerminadaWhere stories live. Discover now