45. Y al final...

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¡ A L E R T A !

Capítulo corto.
Mañana o pasado, gran final.

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Adam.

—El que te muevas así no quiere decir que el avión irá más rápido —la voz de Amber me reprende, mirándome de brazos cruzados. —Adam... —gira su cuerpo para verme mejor. —¿Qué piensas hacer cuando veas a April después de un mes?

—Bueno, técnicamente hoy la vi —recalco.

—En persona, Sangster.

Me quedo callado. Ahora que por fin puedo estar tranquilo porque tendré a mi pequeño sin el temor de que me lo quiten, y que puedo ver a April, no sé qué haré.

¿Correré y la besaré? ¿Le diré que no tenía que irse pero que la entiendo y se lo agradezco?

¿Cómo estará? Sé que se veía bien, pese a ello, quiero saberlo, escucharlo de sus labios, ¿será que ella y yo aún tenemos una oportunidad de estar juntos?

—Supongo que tendré que esperar para saber lo que haré —respondo sin titubeos, y ella ya no hace más preguntas.


. . .

April.

Miro a través de mi ventana, como lo he estado haciendo desde hace veinte minutos, cuando Mathew me llamó para hacerme saber que Amber y él ya habían bajado del avión junto a Dylan y Adam.

Coloco mis manos sobre mi vientre abultado, lo acaricio y pienso en cómo será cuando por fin tenga en mis brazos a mi otro pequeño, pero también pienso en cómo se tomará la noticia Adam, porque después de todo, técnicamente él y yo terminamos hace un mes.

Jamás lo llamé, jamás di la cara por marcharme, simplemente le dejé una nota pero, nada más, y cuando supe que estaba embarazada... Fui muy cobarde al ocultarle la verdad.

Tenía miedo, porque si le decía lo que estaba ocurriendo, eso no iba a ayudar en nada con el caso de Dylan, yo... Lo iba a echar todo a perder, y no quería eso, no quería y jamás querré que Adam pierda a Dylan y menos por mi culpa. Así que preferí mantenerme callada, oculta en las sombras de mi trabajo en la NASA, y ahora, no sé cómo vaya a reaccionar por la noticia.

Los minutos siguen pasando y yo me pongo cada vez más nerviosa, pensando en las mil y un posibilidades de que esto salga bien o de que salga mal.

Al cabo de un rato más, un taxi aparca frente al edificio en donde actualmente vivo y de este baja Mathew de la mano de Amber, y Adam, quien lleva en brazos a Dylan. Verlos de nuevo me hace sentir que mi pecho duele, que mi corazón quiere salir volando y quiero correr hasta ellos; porque saber que por fin Dylan estará con su padre sin temor a que sus abuelos vengan y busquen quitárselo, eso es la mayor felicidad del mundo entero.

Corro hacia el espejo para tratar de arreglarme, como una adolescente a punto de ver a un chico para la primera cita. Ahora siento que me preocupa todo: mi cabello, mis ojos, mi ropa, todo.

El timbre comienza a hacerse sonar, parece como si algo me estuviera atando al piso, y tengo claro que es el miedo de verlo frente a frente, el simple hecho de verlo de nuevo, así que cuando me dirijo a la puerta, tomo una gran bocanada de aire, coloco mi mano en el picaporte y sin pensármelo dos veces, prefiero hablar sin abrir la puerta.

—Sé que esto sonará raro, pero, ¿puede primero pasar Dylan? Lo llevaré a mi habitación y entonces podrán entrar ustedes para que se queden en la sala.

La apuesta de mi vida ✓TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora