31.Una obra en camino

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April.

Ha llegado el día de mi regalo, Dylan, Adam y yo nos encontramos en medio de un enorme campo lleno de estudiantes de preparatoria, jóvenes de la universidad e incluso astrofísicos que son profesores y algunos colegas que trabajan en la NASA conmigo. Muchas personas están aquí presentes, y no puedo describir con claridad lo que siento en este momento.

Es una sensación de excitación y calma a la vez, conjugadas con emoción por ver las hermosas estrellas Perseidas que dentro de unos minutos más aparecerán en el cielo despejado esta noche, pero sobre todo estoy feliz por compartir esto con ellos, con Adam y Dylan.

Han pasado unos cuantos días, el año está a punto de terminar esta noche, y no hay nada mejor que celebrarlo de esta forma.
Desde aquella tarde en que Adam pidió que Dylan y yo fuéramos a su oficina porque estaba dispuesto a contarme todo, las cosas cambiaron; debo aclarar que nunca me imaginé que hubiese podido pasar por todo lo que me narró, a medida que avanzaba con lo sucedido en su vida, en mi mente se transformaba en una novela trágica llena de muerte, rechazo y dolor. Adam amaba con todo su corazón y su alma a Emily, aún la sigue amando, pero no es mentira que siente algo por mí, lo sé porque lo vi en sus ojos y porque indirectamente me lo dijo.
No saben cómo admiro a este hombre, es el ser humano más maravilloso que he conocido después de mi padre, porque una cosa es cierta: Adam y mi padre coinciden en que sacrifican todo por sus hijos, y a pesar de que mi padre ya no esté en el mundo de los vivos, cada día pienso en él y siempre lo admiraré.

A Adam le he dicho que lo esperaré el tiempo que sea necesario porque lo amo, amo a Adam Sangster con todas mis fuerzas y sin importar cuánto tenga que esperarlo, ahí estaré cuando llegue el momento, incluso si no llega nunca.

-¿Estas lista para recibir el año?-inquiere Adam a mi costado izquierdo. Como dije, desde aquel día las cosas cambiaron y por ende, él dejó de ignorarme como últimamente lo estaba haciendo. Sin embargo, lo extraño es que desde entonces ha habido un cambio notorio en Adam, y es que últimamente ha estado usando sus camisas con los botones un poco abiertos, y estarán pensando "¿No se supone que eso es normal en los hombres o en algunos?" Pero he ahí el cuestionamiento, porque desde que conozco a Adam jamás lo he visto usar sus camisas de esa forma, y lo más extraño de todo es que sólo lo hace cuando está en casa, y de ves en cuando, porque justo en este momento sólo lleva puesto un suéter con cuello de tortuga, jeans de mezclilla negros y tenis de tela.

-Por supuesto, Adam. A pesar de que mi hermano y su novia no están aquí, es un honor tenerlos a ambos conmigo-hablo con una enorme sonrisa en el rostro.

-¿Sabes? Siempre me he preguntado cómo puedes mantener esa sonrisa todo el tiempo, pero ahora me doy cuenta que así eres tú, y cuando te molestas luces tierna-aclara esbozando media sonrisa.

-¿En... En serio?-Cuestiono.-Eres la tercer persona que dice eso.

» Sólo mi padre y mi hermano lo han mencionado y no sé cansaban de decirlo cuando me enojada de pequeña y hacía pucheros. Decían: "Pareces una pequeña muñeca con grandes mejillas" y no sabes cómo me molestaba eso.

-No tienes grandes mejillas-comenta mirándome con ternura-, simplemente tus mejillas son... Siendo honesto, me parecen hermosas, al igual que tus ojos.

» Tus ojos son como dos océanos en los que te puedes perder y no volver, y cuando lloras, su color se intensifica y es como si el océano se congelara o hubiese una gran tormenta en ellos.

La apuesta de mi vida ✓TerminadaWhere stories live. Discover now