CAPÍTULO 4: PREPARATIVOS

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POV PEETA

-PARTE II-

Cuando llegué a la casa de mi hermano y su familia, me encontré con él, su esposa y mi sobrino. Elizabeth, su esposa fue la que salió a recibirme. Me saludó amablemente y me hizo pasar al comedor donde me encontré con mi hermano intentando engañar a su hijo para que comiera su puré de verduras.

-A ver el avioncito. -Mi hermano intentó inútilmente de meter una cucharada en su boca, pero lo único que consiguió fue mancharle la cara, porque su hijo continuaba con la boca cerrada. El niño bajo el rostro y se puso a tomar puñados de puré con sus pequeñas manitos. Le tiró un puñado en la cara del padre y luego se empezó a reír mientras observaba atentamente la reacción del padre, que se limpiaba la mejilla con una servilleta que dejó en la mesa.

-No se puede jugar con la comida, pequeño. -Lo reté en broma.

Siempre hacía alguna travesura.

-¿Ya que estas aquí, por qué no me ayudas? Suele hacerte más caso a ti, que a mí.

Pobre de mi hermano.

-No es que no te haga caso, pero le gusta llevarte la contraria porque sabe que nunca te molestas con él.

-Vale, supongo que es mi culpa. ¿Me ayudas?

-Déjame pensarlo... -Dije mientras observaba a mi sobrino muy entretenido con su comida. Ensuciando sus manos y sus brazos. -Jace. -Dije acercándome a él. El pequeño me miró fijamente. -Mira lo que traje para ti. -Dije sacando de la bolsa de papel una de las medialunas y poniéndola frente a su cara, hasta conseguir captar toda su atención y ver sus ojitos emocionados mirando con deseo la factura, como si fuera un regalo de cumpleaños.

-Mío. Mío. -Quitó sus manos de la comida y elevó sus bracitos hasta casi rozar lo que tenía en mi mano, pero se lo alejé. Corté una puntita de la medialuna de un centímetro mas o menos y la llevé a su boca. Comió sin chistar. -Más.

Negué con la cabeza.

-Te daré más pero con una condición. Primero, comida -dije llenando una cuchara de puré y comiendo un poco. Luego, postre. -Lleve la medialuna cerca de mi boca y simulé que la comí. -Mi pequeño sobrino pareció entender el mensaje. -¿Entendido?

Asintió.

Cuando llevé la cuchara media llena a su boca, la abrió sin oponer resistencia pero sin dejar de mirar mi mano que aún sostenía su "postre".

-Lo consientes demasiado, Peeta. -Se quejó mi hermano, medio en broma.

-Ay, miren quien habla. Como si ustedes dos no lo consintieran. Además te estoy ayudando ¿no? Ahora Jace comerá su almuerzo. Sólo necesitaba un incentivo.

Le di de comer a mi sobrino hasta que se acabó todo el plato. Mi cuñada, lo alzó y lo acercó al fregadero para lavarle sus manitos y realmente muy sucias por jugar con su comida y lo volvió a sentar en su banquito.

-En cuanto estuvo nuevamente frente a la mesa no dejó de mirarme, y extendió sus brazos hacia mí, le di la medialuna y empezó a abrir su pequeña boquita extrayendo pequeños trozos de la misma, con sus ojos brillando de emoción al resultarle eso más apetecible.

-¿Qué se le dice al tío? -Preguntó en tono juguetón su madre.

Jace miró a su madre y luego a mí.

-Gracias, Pit.

-Muy bien, pequeño. -Lo felicité acariciando su mejilla y sonriendo. Iba a ser un niño muy educado en unos años. De hecho ahora no existía nadie que no lo adorara. Cuando aparté mi mano el tomó dos de mis dedos entre su pequeña y regordeta mano izquierda. Tiernamente besé sus nudillos con mis labios haciéndolo reír mientras comía. Era increíble la felicidad que un niño podía traer a tu vida. Eran tan pequeños, tan inocentes, tan dulces, tan ajenos a los problemas. Traían luz donde había oscuridad.

Esperaba tener eso algún día con Katniss. Un hijo mío y de ella, fruto de nuestro amor. Un pequeño ser que nos trajera mas felicidad de la que alguna vez imaginamos que podíamos llegar a experimentar. Mi padre había dicho que éramos la razón de su existencia. Yo ya había encontrado mi razón de existir, Katniss.


I'LL NEVER LET YOU GO (PEETA & KATNISS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora