I'LL NEVER LET YOU GO (PEETA & KATNISS)

20. Desacuerdos y reconciliación

CAPÍTULO 20: DESACUERDOS Y RECONCILIACIÓN

POV KATNISS

"Unos besan las sienes, otros besan las manos,

otros besan los ojos, otros besan la boca.

Pero de aquel a este la diferencia es poca.

No son dioses, ¿qué quieres?, son apenas humanos.

Pero, encontrar un día el espíritu sumo,

la condición divina en el pecho de un fuerte,

el hombre en cuya llama quisieras deshacerte.

¡Como al golpe de viento las columnas de humo!

La mano que al posarse, grave, sobre tu espalda,

haga noble tu pecho, generosa tu falda,

y más hondos los surcos creadores de tus sesos.

¡Y la mirada grande, que mientras te ilumine

te encienda al rojo blanco, y te arda, y te calcine

hasta el seco ramaje de los pálidos huesos!"

"PASIÓN"

Alfonsina Storni

-¿Qué piensas? –Me preguntó Peeta mientras veíamos la programación del Capitolio. Haymitch nos recomendó que refrescáramos nuestra memoria viendo las repeticiones de los Juegos de los años anteriores. Y justamente lo que teníamos frente a nuestros ojos, no era lo más agradable del mundo. Sólo conseguí recordar, lo horrible que fue ver esos fragmentos en televisión en los años anteriores y ver los rostros de Peeta y de mí en los de los tributos muertos.

-Jamás me he planteado que se sentiría estar en los Juegos, creo que a pesar que mi nombre figuraba más veces de las que era bueno para mí, en el fondo jamás pensé que pasaría. –Peeta mi miró y asintió.

-Uno no suele pensar en las cosas desagradables, supongo que siempre estamos en un modo de negación para protegernos de nuestros propios pensamientos.

Me acurruqué contra Peeta y dejé descansar mi cabeza en su pecho. Peeta me rodeó con sus brazos.

-Tal vez tengas razón. Ni siquiera deberíamos estar aquí.

-Pero tú no le hubieras hecho eso a Prim, y yo no podía dejarte ir. Las cosas solamente sucedieron. Y ahora debemos enfrentarlo.

-¿Crees que nos convertiremos en asesinos fríos y sanguinarios como ellos cuando estemos en la arena? –Le pregunté señalando con la mirada a un chico del Distrito Once, matando con un ladrillo a un chico del Distrito Cinco. Lo que llevó al Distrito Once a la victoria algunos años antes.

-Tú no podrías ser nunca fría y sanguinaria, mi amor. Y tal vez ni siquiera yo. Pero tendremos que matar. Lo tendremos que hacer para seguir vivos y protegernos el uno al otro. No puedo permitir que nadie me arrebate a ti de mi lado. Eres lo que más amo en la vida. Haré lo que sea necesario para mantenerte a salvo.

-Te escuche... hablando con Haymitch. –Le dije con algo. Peeta se tensó unos momentos.

-Eso temí. ¿Qué opinas?

-No quiero que hagas ningún trato con Haymitch. No quiero que firmes tu sentencia de muerte. No quiero que te sacrifiques por mí. –Lo miré extremadamente dolida por lo que él le dijo a nuestro mentor. –Por favor, Peeta. No lo hagas.