17. Cena

455 34 1
                                    

CAPITULO 17: CENA

POV KATNISS

Peeta no soltó mi mano en ningún momento y era algo que realmente agradecía. Lo necesitaba para soportar todo lo que se nos avecinaba.

Zeke se detuvo luego de atravesar al menos once vagones. Jamás pude imaginar que los trenes fueran tan grandes, y por supuesto el lujo reflejado en cada uno de estos vagones era impresionante. Peeta pareció pensar igual que yo, pero miraba con el ceño fruncido cada espacio. No lo culpaba, yo también pensé lo mismo. El Capitolio nos explotaba, y nos dejaba morir de hambre y de enfermedades incurables, porque no teníamos los medios para acceder a la medicación o estudios necesarios para prevenir o tratar una dolencia; todo eso pasaba, mientras a ellos vivían de todo lo que nos quitaban y lo utilizaban para cosas innecesarias, su tecnología, los lujos, su ropa de uso diario y demás cosas que consideraban una necesidad. Nosotros nos conformábamos con tener un techo bajo el que dormir, una buena salud y tener comida para alimentar a nuestras familias.

Zeke abrió la puerta y ahí estaba ella. Effie mirando por la ventana de uno de los costados del vagón, admirando el paisaje. Afuera es de noche, pero una linda noche, despejada, con estrellas y una enorme luna llena. Que me recordaba a todas esas veces que pasábamos con Peeta fines de semana completos en la casa de la cabaña, cuando él conseguía que sus hermanos o su padre lo cubrieran e hicieran los turnos que le correspondía a él. Eso le llevaba a perder en ocasiones, porque tenía menos tiempo conmigo fuera de la escuela entre semana. Pero no podíamos quejarnos, porque tratábamos de aprovechar nuestra estadía en el bosque al máximo. Cazábamos durante la mañana, cocinábamos en los horarios de las comidas, nadábamos un poco y luego dedicamos el resto del tiempo a nosotros.

-Aquí los traje como usted me pidió, Señorita Trinket.

-Gracias, querido. –Dijo la mujer al darse cuenta de nuestra presencia. –Hola, Peeta... Katniss. Tomen asiento, los estaba esperando.

Por un segundo me quedé quieta e inmóvil, Peeta apretó mi mano y conseguí ponerme en movimiento. Me soltó y corrió una de las sillas de la larga mesa, para que me sentara. Effie lo miró sorprendida y con una sonrisa en su rosto cubierto de maquillaje delicadamente colocado. Llevaba menos que en la cosecha, pero aun así, seguía siendo demasiado para ella. Igual que el vestuario. Me senté dedicándole una sonrisa y él devolviéndomela. Era caballeroso como su padre, siempre tenía esos gestos conmigo que aún después de años de amistad y noviazgo seguían sorprendiéndome a veces. Espero a que me acomodara cerca de la mesa, para sentarse en otra silla a mi lado y la acercó más a la mía. Frente a nosotros habían platos de diferente tamaños y formas, copas, vasos, cubiertos para los diferentes platos; y servilletas de tela blanca y bordadas con sumo cuidado con hilo dorado en las orillas que formaban dibujos y formas. En el centro, la mesa era ocupada en toda su extensión por comida, postres y pasteles, suficientes para alimentar a una familia por una semana. No me di cuenta que estaba tan muerta de hambre, hasta que vi todo el banquete servido para nosotros. Lo último que había probado era el pastel que Peeta había hecho para mí, el cual compartí con Prim antes de salir y dirigirnos a la plaza. Peeta no había querido comer del mismo, insistió para que lo llevara a casa. Por lo que a estas alturas, mi hermana ya sabía que Peeta me había propuesto matrimonio y que yo había aceptado. El anillo en mi dedo me lo recordaba continuamente, haciendo más triste el momento, porque aunque hiciéramos la ceremonia del tueste, no existiría la promesa de un futuro juntos, de un "felices por siempre", nuestra vida podía acabar tan pronto como entráramos en la arena en un lapso de días. Todo se dio de manera que el destino nos jugó en contra a ambos.

Peeta besó mi mejilla, tal vez adivinó hacia donde se dirigían mis pensamientos, y me sonrojé, porque el gesto me tomó por sorpresa. Lo positivo fue que ese pequeño toque de sus labios sobre mi piel, consiguió hacerme olvidar todos los pensamientos negativos. No tenía tiempo para desperdiciar y quería hacer memoria de cada momento que pudiera pasar con él, quería tener algo a lo que aferrarme cuando me tocara partir y por supuesto intentar salvarlo de que sufriera mi mismo destino.

I'LL NEVER LET YOU GO (PEETA & KATNISS)Where stories live. Discover now