I'LL NEVER LET YOU GO (PEETA & KATNISS)

CAPÍTULO 4: PREPARATIVOS

POV PEETA

-PARTE III-

Con mi hermano nos pusimos a trabajar, quería que todo fuera perfecto. Como mi plan inicial había sido destruido, tuvimos que improvisar todo en el momento. Preparamos para el almuerzo dos platillos favoritos de Katniss. Gracias a la caza, pesca y la recolección nuestras familias se abastecían de lo necesario para sobrevivir, aunque a veces en momentos de crisis nos veíamos obligados a pedir teselas a cambio de que nuestros nombres entraran una vez más. Por suerte, nuestra familia y las de los demás comerciantes no pasábamos tantas necesidades como las demás familias, como la de Katniss, por ejemplo.

Mi padre empezó a ofrecerle trabajo en la panadería en los últimos años a cambio de dinero o comida con la excusa de que con el casamiento de su hijo, necesitábamos un poco de ayuda extra, ya que él pasaba menos tiempo aquí que de costumbre. Katniss al principio se negó en redondo, no quería que pensáramos que estaba conmigo por interés y no quería depender de nadie, sabiendo que nosotros también teníamos nuestros propios problemas. No era que no ayudará. A veces sólo lo hacía por el simple hecho de pasar tiempo conmigo, sin quedarse con los brazos cruzados sin hacer nada. Al principio, cuando recién estaba aprendiendo, hacia desastres con la masa y mi padre y mis hermanos nos reíamos. Pero cuando llegaba al punto que se sentía completamente inútil, porque no lo hacía tan bien como nosotros, tratábamos de calmarla y encontrar una solución. Con un poco de tiempo y paciencia fue aprendiendo algunas cosas. Y unos meses más tarde estaba casi a nuestro mismo nivel.

Me costó mucho que aceptará la propuesta de mi padre, pero finalmente lo conseguí. Prefería eso a que estuviera pidiendo todos los meses una tesela para mantener a su familia desde la muerte de su padre. En nuestra familia, mi padre nunca lo hubiera permitido. No importaba que estuviéramos pasando por una crisis, él siempre nos decía que podíamos encontrar una solución, que no era necesario, que teníamos lo suficiente para vivir, que él no iba a permitir que nos expusiéramos más de la cuenta a ser escogidos y que nuestras vidas valían más que una tesela. Sin embargo a veces mis hermanos y yo las pedíamos a escondidas. Claro, ocasionalmente nuestro padre se enteraba, pero, ya era tarde. La primera vez que pedí una fue por Katniss, porque sentía que no podía quedarme sin hacer nada cuando ellas verdaderamente pasaban por una grave crisis. Katniss se había molestado mucho contigo por eso, porque de ese modo aumentaba la cantidad de veces que mi nombre apareciera en la urna. Ella al principio lo rechazó y yo a regañadientes tuve que aceptar que Katniss me diera una parte del suministro cada mes por ese año. Era su condición luego de que le dijera que quedármelo todo sería sospechoso y que no quería que mi familia lo supiera. Mi padre nunca supo lo que yo había hecho en esa oportunidad, era un secreto entre las Everdeen y yo. Creo que en esa época Katniss empezó a comprender lo que verdaderamente ella significaba para mí, que era más que una amiga y que no podía vivir sin ella.

Nos empezamos a aproximar de una forma más romántica. Ella sentía lo mismo, pero la muerte del padre la había afectado tanto, que ni con mi cariño conseguía borrar ese dolor, ese vacío que ella sentía en todo su ser. Hasta que un día le propuse ir al bosque, todos los recuerdos más hermosos que habían vivido junto a su padre, estaban allí, en medio de toda la naturaleza. Pero, ella no quería ir sola, así como yo no pensaba dejarla sola cuando apenas estaba comenzando hacer el duelo, temía su reacción. Había dos opciones: o se derrumbaba por completo o lograba que sólo recordara los momentos felices que ambos pasaron juntos y ella seguía adelante. Y estaba más cerca de derrumbarse que de otras cosa. Su mirada perdida, ausente, ella cada vez más delgada, porque ella y su madre apenas comían para darle lo mejor a Prim.