I'LL NEVER LET YOU GO (PEETA & KATNISS)

25. Cinna

CAPÍTULO 25: CINNA

POV KATNISS

Me quedé mirando al hombre que entró por la puerta. Bastante sorprendida, porque él no era quien yo esperaba encontrarme. Lucía bastante normal para ser alguien del Capitolio. En él no hay un ningún signo de cirugías realizadas, ni tatuajes raros y lo único que llevaba de maquillaje era delineador dorado, el cual utilizaba para resaltar sus impactantes ojos verdes. Era delgado, pero no en extremo, tenia cabello castaño cortado bastante corto, y sonrisa afable. No podías decir que no era atractivo, me pregunté si la mayoría de los que vivían en el Capitolio lucirían asi, si no tuvieran un aspecto tan ridículo, anti natural y modificado quirúrgicamente. Aún así, lo miré con recelo, porque no sabía con que me encontraría.

-Hola, Katniss. Soy tu estilista. Me llamo Cinna. –Su voz sonó amable y muy baja comparándola con la de Effie y la del equipo de Preparación. Tampoco su modo de hablar era como el de ellos, se acercaba más a mi modo de hablar que el del Capitolio.

-Hola, Cinna. –Saludé.

-Dame un momento, ¿vale? -me pidió. Caminó a mi alrededor, sin tocarme pero tomando nota mental de cada centímetro. Me sentí incomoda, al principio hasta me daba vergüenza que Peeta me mirará, me hacía sentir vulnerable. Siempre me incomodó la desnudez. Jamás fui como Prim o mi madre, esa era una de las razones por las que me escapaba cuando ellas trabajaban sobre el cuerpo de alguien herido o enfermo. Y definitivamente que un extraño me mirará, aunque fuera de forma profesional, jamás estuvo en mis planes. Su estudio detenido acabó y fijó su mirada en mi rostro.

-¿Quién te peinó el día de la Cosecha? –Me preguntó con interés.

-Mi madre. –Me obligué a contestar calmada.

-Era precioso. Mucha clase. La verdad, estaba en un equilibrio casi perfecto con tu perfil. Tiene dedos hábiles.

-¿Lo viste todo? –Le pregunté.

-Por supuesto, además aquí en el Capitolio luego lo vuelven a trasmitir en muchos programas. De modo que las siguientes veces, preste mucha más atención.

-Eres nuevo, ¿verdad? Creo que no te he visto antes –le dije. Repasé todos los estilistas que vi pasar a lo largo de los años, pero no lo reconocí. Estaba segura que un hombre como Cinna destacaría entre los demás.

-Es imposible que me hayas visto antes. Nadie me conoce mucho en este ambiente. Es mi primer año en los Juegos.

-Entonces, te han asignado el Distrito Doce. –Respondí. Por lo general, a los nuevos estilistas y equipos los asignaban a los distritos menos deseados y si tenían suerte los iban ascendiendo algunos años después.

-Lo pedí expresamente. También Portia, la estilista de tu compañero. Es su primer año. ¿Por qué no te pones la bata y charlamos un rato?

Le obedecí y lo seguí. Me sentí mucho más cómoda una vez que mi cuerpo se cubrió casi por completo. Me llevó a un salón con una mesita baja y algunos sofás mullidos de cuero muy elegantes. No había decorado en ningún lado, sin embargo, eso no importaba teniendo la vista de la cuidad desde una pared completamente de cristal. Otra de las paredes laterales era un espejo cubierto parcialmente por una cortina, podíamos ver nuestros reflejos desde allí. El sol estaba oculto detrás del cielo nublado.

-Siéntate, Katniss.

Asentí y obedecí. No debía oponerme a nada de lo que me hicieran o pidieran.

El esperó a que yo tomara asiento, para luego sentarse frente a mí. Después presionó un botón en un lateral de la mesa. Me sorprendí cuando un segundo tablero se elevó con nuestra comida. Pollo, gajos de naranja con salsa de nata sobre un lecho de granos blancos perlado, guisantes y cebollas. También habían panecillos en formas de flor o redondos y al parecer pudin de naranja.