Cenicienta, ¿y tu zapato?

Spring Color

Nuestra compañía llego al linde del bosque cambiante y se adentro en uno pacifico y silencioso. Unos pasos mas adelantados, se encontraba una Cenicienta con el corazón roto y una Escarlata intentando tranquilizarla y hacerla entrar en razón. Mas Cenicienta no veía la razón de que Peyton ahora fuese novio de una de las princesas, y eso extresaba a Escarlata. Cuando Escarlata ya iba a perder la paciencia, ambos caballos chocaron contra algo que había en el bosque.
Al fijarse, se dieron cuenta de que era una urna, y que dentro, había una joven de unos 16 años acostada. Parecía dormida, mas ella nunca estuvo dormida, solo esperaba a que alguien la viniese a buscar.
Cuando el sonido del golpe entro en los oídos de la princesa, abrió los ojos, quito la urna y se levanto después de enderezarse, dejando ver a las chicas su total hermosura.
Ella sonrió, al ver como la compañía iba llegando, cuando ya estuvieron todos reunidos, hablo con una voz melodiosamente primaveral- hola, soy Spring Color, una princesa, os he estado esperando, y gracias al sonido que tuvo el golpe me entere de que estabais. Os acompañare en vuestra búsqueda fielmente- y realmente dijo la verdad, pues ella era realmente fiel y no contaba mentiras, pues su segundo nombre podría haber sido True.
Cuando Cenicienta se fijo en quien iba montada, abrazada a su hermoso caballero, aun no suyo, su corazón se rompió en mil trozos y Spring, que era cristalina como el agua y muy buena persona, cuando la compañía prosiguió su camino, ella se quedo ahí, para hablar con Cenicienta
-He visto como mirabas a ese caballero, ¿acaso es tu príncipe azul?- dijo Spring
Cenicienta, como si de una transformación se tratase, ya no era la misma, pues un corazón roto nos cambia a todos, y mas si estas en Tafansy.
-Los príncipes azules no existen, el amor es una tontería que nos hace débiles, debi de haberme quedado con esa lección, pues es muy valiosa y te ahorra muchos dolores negativos- dicho eso apoleo al caballo y marcho hacia el grupo
Spring la miro negando con la cabeza y se monto en su fiel amigo, un robusto ciervo con una cornamenta fuerte como la de un toro. Se unió a las demás princesas, excepto a Red, que seguía abrazada a Peyton, y les contó a las princesas lo ocurrido mientras ellas la escuchaban atentamente. Cuando finalizo, ellas prometieron ayudar a nuestra queridisima Cenicienta, pues su forma de ser les había sido bastante llamativa, ya que era muy buena persona. En especial, la que mas estuvo de acuerdo con ayudarla, fue Caperucita, a la que desde el primer momento que vio a nuestra lectora, le había parecido una humana muy especial, y no solo por ser una elegida.
Las princesas prosiguieron la marcha, mientras cada una pensaba en como ayudar a Cenicienta.
A lo lejos, un potente oído no vio ahora a Cenicienta como una enemiga, sino como una aliada, pues la venganza de un corazón roto podía ser tan fuerte como para destruir a los humanos, como ellos habían destruido a la cosa mas preciada que los elfos tenían. Ella, mas que nadie, sabia que era así, pues los humanos le habían arrebatado lo mas amado que ella tenia, el frío con el calentamiento global y los arboles con la deforestación, y lo pagarían todo muy caro.