12 | Preocupado

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Tobías

Salgo de mi clase de historia del arte, aunque soy el último ya que tuve una plática con el arquitecto acerca de mis tareas atrasadas. Gracias al idiota de Bruno, estuve una semana fuera de clases, hice todas mis tareas ya que un compañero hizo favor de mandarme los apuntes de clases.

Mi padre consideró el no ponerme una falta ya que fue un accidente, si hubiese sido en una pelea, creo que sí. Así que sólo llevo una falta. Hoy por la mañana me quitaron los puntos, ahora sólo tengo una cicatriz, aunque debo admitir que me veo rudo. Sólo que ya no se verá cuando sane bien.

Hoy la veré.

Ese fue mi primer pensamiento al llegar al campus. Esperaré que salga de sus clases de la tarde, aún falta una hora, así que iré a caminar.

Camino por unos minutos, decido encender un cigarrillo, empiezo a caminar sin ningún rumbo en especial, voy hacia donde está la parte más vacía del campus. Así nadie va a estar molestando. Entonces veo a Ray, quién se acerca hacia mí.

—Hola Tobi —dice saludando—. ¿Quieres otra dosis?

Pienso durante un par de minutos, doy una calada a mi cigarrillo. Expulso el humo de mi boca y me doy cuenta de que si quiero una. La semana pasada tomé una y me ayudó a sentirme bien. Necesito una dosis, pero no quiero caer cómo la otra vez.

—Sólo una —digo mientras asiento con la cabeza.

Le doy el cigarrillo a Ray mientras saco el dinero de mi billetera. Le entrego el dinero, él me da una pequeña bolsita de plástico con un par de pastillas. Inmediatamente esbozo una sonrisa. Guardo mi billetera y la bolsita, después le quito el cigarrillo a Ray.

—Ya sabes Tobi —responde alejándose—. Si quieres más sólo llama.

No creo volver a llamar, está será la última. Sigo mi caminata terminando mi cigarrillo cuando escucho a alguien llorar. Tiro el cigarrillo al suelo, busco por todos lados de donde proviene ese llanto.

Observo en una banca hay una persona, ésta abraza sus rodillas. Me pregunto porque llora tan amargamente. Como el gorro de su sudadera cubre su rostro no puedo verla, supongo que es mujer ya que es una sudadera rosada con gris, aunque hoy en día no se sabe. Reconozco la sudadera, es de la amiga de Valentina. Se que no la conozco, pero no me agrada ver a una chica llorar.

Me acerco lentamente, ya que no la quiero asustar. Me paro cerca de ella, pero no me ve.

—¿Jaquelyn? —pregunto—. ¿Te encuentras bien?

Ella deja de llorar y limpia sus lágrimas, voltea a ver hacia otro lado.

—¿Quieres que llame a Valentina? —pregunto para su tranquilidad.

Entonces ella alza la vista y se quita el gorro.

La persona que llora no es Jacky...

...es Valentina.

En su rostro hay un hematoma sobre su mejilla derecha y su labio inferior tiene un poco de sangre. Me acerco inmediatamente a su lado, ella se aleja un poco de mí.

—¿Cupido qué pasa? —pregunto tomando su mano.

Ella me ve con sus ojos llorosos, pero sólo se echa a llorar. Si alguien le hizo daño, tenga por seguro que esa persona no va dormir bien hoy. Nadie, pero absolutamente nadie, va a hacerle daño a mi Valentina mientras yo sea su amigo.

—Ven acá —digo con cariño tratando de abrazarla
Valentina se deja, se aferra a mi camiseta, mientras aún llora.

Ella no deja de llorar después de unos minutos, entonces me preocupo ya que realmente algo malo le sucedió. Empiezo a temer por ella.

La Buena Pelea © (TF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora