50 | Hermosa Promesa

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Tobías

Abro lo ojos, observo las paredes blancas, el techo blanco, aún estoy en el hospital. Doy un largo suspiro. Odio estar aquí, aún siguen sin gustarme los hospitales.

Quisiera estar con mi Cupido.

Quisiera poder abrazarla, besarla y cargarle en mis brazos. Ella ha dicho que me ha perdonado y que me ama. Ella me ama. Si pudiera diseñar un edificio con sus palabras mostrando al mundo que ella me ama, sería algo mágico e indescriptible.

Me siento tan feliz en este momento. Se siente tan real y hermoso. Ella me ama.

Pero no es sólo eso lo que me tiene feliz, es también el hecho de que finalmente recordé lo sucedido el día del accidente. Tommy realmente me quería y confiaba en mí. Fueron las circunstancias lo que ha hecho que hoy no este aquí. Ya no me siento mas culpable, mas sin embargo se que jamás debí haberme ido de casa, debí haber sido más prudente y cuidadoso, pero todos tomamos decisiones y solo han que aprender a vivir con ello.

Alzo la vista, ya que me han traído el desayuno, pero no viene solo la enfermera. En esta ocasión está acompañada y viene mi madre junto a mi padre. Realmente lamento mucho el daño que les he causado, se que ellos me aman y eso es lo importante.

—Buen día, cariño —saluda mi madre besando mi frente y tomando mi mano.

—Buen día, mamá —respondo.

—¿Cómo te encuentras Tobi? —pregunta mi padre tomando mi otra mano.

—Estoy bien, gracias —contesto aunque en realidad si tengo un poco de dolor, pero el doctor dijo que era normal.

—Nos alegra mucho, cariño —dice sonriente mi madre.

—Así es Tobi —responde mi padre soltando mi mano.

Mi madre está feliz, al igual que mi padre, por supuesto, ya perdieron a un hijo, creo que perderme les rompería más el corazón. Ahora que están los dos juntos hay algo que debo decirles y no puedo esperar más. Debo decirles algo importante, algo que debí haberles dicho hace mucho tiempo.

—Mamá, papá... —digo llamando su atención, mi madre se acerca más y acaricia mi cabello, mientras que mi padre vuelve a tomar mi mano—, yo debo pedirle disculpas.

Ambos me ven confundidos, ya que yo jamás me he disculpado como es debido con ellos.

—Disculpas por mi mal comportamiento durante estos cuatro, casi cinco años —me disculpo.

Doy un suspiro ya que lo que voy a decir es algo importante.

—Cuando Tommy murió me culpe por lo sucedido y me cerré completamente, no deje que nadie supiera lo que sentía y actúe como un completo imbécil —explico mi razón—. Ni siquiera fui al entierro de Tommy y eso que mamá suplicó que fuera.

Veo a mi madre, ha empezado a llorar. Recuerdo bien ese fatídico día, todos llegaron a casa para el velorio y yo sólo me quedé en mi habitación con una botella de whisky. Estaba molesto conmigo mismo debido a que sabía que yo debía haber muerto y no Tommy. Mi madre toco a la puerta cuando era hora de ir al cementerio, yo estaba casi ebrio, así que le grité con odio; mi padre se molesto por mi actitud tan nefasta y abrió la puerta sin pedir permiso, pues yo simplemente lo ignore, me fui hacia el baño y espere a que ellos se fueran.

Sentía tanta rabia y enojo conmigo mismo que no pensé en el daño que les estaba causando. Fui muy egoísta pensando siempre en mí.

—Yo les hice daño a ambos —digo con mi voz rota—, le hice daño y no pude ver que estaba haciéndoles sentir peor de lo que ya se sentían.

La Buena Pelea © (TF #1)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt