38 | Corazón Al Límite

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Tobías

—No eres el único con el corazón roto —expresa Valentina con su voz quebrada.

Me quedo helado.

Ella está llorando frente a mí, pero se que está a punto de echarse a llorar a mares, lo puedo ver en sus ojos llenos de lágrimas. No resiste más estar frente a mí, se echa a correr tras sus cosas y después solamente se va.

Se va.

Huyendo de mí.

Huyendo de la persona que le ha roto el corazón.

Una vez más lo he echado a perder. Valentina jamás quiso terminar nuestra relación. Ella sólo quería ayudarme y yo no la escuche.

¡Que idiota soy!

Observo a Jacky empezar a ir tras Valentina, mientras Patrick me observa sorprendido, al igual que yo.

Doy la vuelta en dirección a mi moto, no puedo seguir aquí, no puedo. Subo a mi moto, ni siquiera me preocupo en ponerme el casco, simplemente enciendo la moto y me alejo de mi amarga y triste realidad.

Al llegar a casa, ni siquiera estaciono bien la moto, la dejo en el suelo, entro directo a la cocina. Quise ir a alguna tienda y comprar una botella de licor pero no pude hacerlo, ya que las palabras de Valentina sonaban en mi mente. Así que estoy en la cocina buscando una botella de vino, aunque sea. Empiezo a abrir las puertas de la alacena, pero no hay nada. Abro cajones, pero nada.

—¡Mierda! —exclamo.

Tengo la tentación de irme y dirigirme hacia un bar, pero no puedo. Entonces subo en dirección de mi habitación.

Al entrar, tiro mis cosas en el suelo, me quito mi chaqueta.y la arrojo en el suelo, dándole una patada. Empiezo a caminar de un lado para otro. Me tengo que calmar, abrazo mi cuerpo mientras empiezo a contar mentalmente.

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16...

Necesito estar calmado.

La puerta se abre lentamente, volteo a ver y es mi mamá.

—Tobías cariño —dice acercándose a mí—. ¿Te encuentras bien?

—No —respondo seriamente llevando mis manos a mi cabeza.

—¿Qué sucede? —pregunta con cariño, acariciando mi mejilla.

¿Qué sucede?

Pienso.

La chica que amo me odia porque no la escuche, le rompí su corazón al salir con otra chica y todo es culpa mía, solo mi culpa. Sin embargo si vuelvo al pasado, a todo lo que esta sucediendo, nada de esto estaría pasando. Nada sería lo que es ahora, todo estaría bien, todos estaríamos bien. Inmediatamente me doy cuenta de quién tiene la culpa. Él tiene la culpa.

—¡Sucede que él tiene la culpa! —digo enojado—. ¡Tiene la culpa por haberme dejado!

Me alejo de ella, empezando a sentir formarse dentro de mi pecho ese profundo dolor que llevo desde hace cuatro años y medio. Ese dolor que me ha hecho sentirme como un inútil e inservible persona durante años. Ese dolor que he odiado por estar dentro de mi y no poder sacarlo. Ese dolor que me ha hecho sentir odio a mi mismo.

—¡Él tiene la culpa por haberse ido! —exclamo muy enfadado.

—Tobías estás siendo muy irracional —dice mi madre detrás de mí.

Niego con la cabeza sabiendo que él tiene la culpa.

—¡Todo es su total y completa culpa! —reclamo en voz alta.

La Buena Pelea © (TF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora