47 | Esperar

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Valentina

Observo el rostro de Tobías, mi corazón está totalmente destrozado, mi mente empieza a llenarse de pensamientos negativos, no se que es lo que va a suceder. No puedo dejarlo solo, no quiero hacerlo, no quiero irme de su lado.

Las lágrimas vuelven a rodar por mis mejillas y el nudo en mi garganta se hace cada vez más grande. Debo tomar una decisión. Dejarlo aquí sólo y buscar ayuda o quedarme a su lado esperando lo inevitable.

Alzo la vista, ha empezado a salir el sol, ya esta amaneciendo. Observo nuevamente a Tobías, reviso sus heridas, la hemorragia ha parado un poco en ambas. Me acerco cuidadosamente a sus labios, aún están tibios.

—Lo siento —susurro en sus labios y tomo mi decisión.

Me separo de Tobías a los pocos segundos, no quiero irme de su lado pero debo buscar ayuda, él necesita ayuda. Observo el panorama, hay dos caminos, uno de ellos me llevará a encontrar personas. Empiezo a correr hacia mi derecha que es por donde se ha ido el auto de Bruno y Dominic.

Corro lo más rápido que puedo ya que él necesita ayuda, pero entonces pensamientos negativos llegan a mi mente, sobre que pasaría sí... Ni siquiera puedo pensar en ello, las lágrimas nublan mi vista, es entonces cuando tropiezo con una roca y caigo al suelo, me siento tan inútil en estos momentos, quisiera ser fuerte por él, entonces recuerdo sus palabras diciéndome lo valiente que soy, así que limpio mis lágrimas y alzo la vista, observo que la calle termina y vira a la izquierda, me levanto y corro rápidamente hacia allí.

Al llegar al cruce, veo que el camino aún sigue... pero no solo sigue, es más largo que lo que ya he recorrido. No se ve absolutamente una carretera.

¡¿Cómo vamos a salir de aquí?!

¡Es demasiado lejos!

Empiezo a sentir la frustración en mi ser y las lágrimas volver a llenar mis ojos, los limpio con rapidez y me echo a correr, no voy a perder a Tobías, no puedo perderlo. Voy casi por la mitad del recorrido cuando veo un auto que viene hacia mí, inmediatamente tengo miedo de que sea Dominic, pero yo conozco ese auto. Ese auto color gris.

Es el auto de Patrick.

¡Gracias a Dios!

Me detengo esperando que me vea y el auto se detiene a la par mía.

—¿Y Tobías? —pregunta mientras yo sin dudar un momento subo al auto en el asiento del copiloto.

—Sólo conduce —exclamo y él empieza a conducir—, está herido —digo con mi voz rota.

Un minuto después estamos cerca, me bajo del auto apresuradamente y Patrick también, dejando encendido el auto. Me acerco a Tobías, examino sus heridas y me percato de que ha perdido más sangre, eso es malo. Necesitamos llegar al hospital de inmediato. Él está mal.

—Ayúdame —dice Patrick mientras lo carga sobre su hombro—. Abre el auto.

Abro la puerta de atrás, mientras entro en el auto y Patrick deja a Tobías en mi regazo. Lo acomodo, mientras Pat cierra la puerta, entra al auto en el lugar del conductor y empieza a conducir a toda velocidad.

—¿Sabes dónde estamos? —pregunto a Patrick.

—Si —dice saliendo a la carretera—. Estamos a cinco minutos del hospital.

—¿Tú lo seguiste? —pregunto curiosa mientras cubro la herida en su espalda para que deje de sangrar.

—Si, ese era el plan, pero los perdí un segundo y después tuve que usar mi instinto —narra mientras yo me sostengo bien, a mí y a Tobías ya que Patrick está manejando demasiado rápido—, afortunadamente los encontré.

La Buena Pelea © (TF #1)Where stories live. Discover now