48 | Perdón

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Tobías

Hace cinco años.

Termino el cigarrillo, lo lanzo lo más lejos que puedo y observo como cae al suelo. Los pensamientos negativos que trataba de evitar durante días han vuelto a invadir mi corazón. Esos pensamientos que definen exactamente la clase de persona que soy. A mis dieciséis años no había logrado nada bien en toda mi corta vida. Solamente opiniones negativas de mi padre, mis familiares y mis amigos.

Perdedor.

Fracasado.

Estúpido.

Y lo que más me dolió.

Escuchar a mi padre decir que se avergonzada de que fuese su hijo.

Empiezo a sentir un dolor en mi pecho, siento como sube por mi garganta un ardor. Jamás podré ser lo que él quiere, en especial si...

Escucho las ruedas de un auto, alzo la vista, es un BMW de color azul. Se exactamente de quien es ese auto, lo último que faltaba.

Estaciona frente a mi y después escucho la puerta de ese auto abrirse y cerrarse. Camina hacia mí con una sonrisa en el rostro, al observarlo atentamente me doy cuenta de lo opuestos que somos.

Él es todo un caballero y buena persona, yo soy un poco descortés.

Él tiene ojos color café claro y yo tengo ojos color verde.

Él tiene la personalidad cálida y amigable de mi madre y yo tengo la personalidad dura y fría de mi padre.

Él es el hijo que cualquier padre desearía tener, yo por el contrario soy la oveja negra de la familia.

Él es inteligente y buen estudiante, yo soy no soy eso y mucho menos buen estudiante.

Definitivamente en casa, la única persona que me quiere es mi madre.

—¿Qué onda Dragón? —dice Tommy caminando hacia mí.

No contesto, simplemente observo hacia otro lado.

—Nos vamos a casa —dice dándome un golpe en el hombro derecho—. Mamá está preocupada por ti.

Mamá lo siento mucho, pienso.
No me muevo ni un centímetro. No voy a volver a casa. Yo no pertenezco allí.

—Tobi estás actuando como un niño —dice poniéndose frente a mí, es unos diez centímetros más alto que yo—. Regresa a casa y sólo trata de tener un comportamiento mejor.

—Para ti es fácil decirlo —hablo por primera vez—. Todo lo que haces es perfecto y jamás vas a decepcionar a nuestros padres.

Me observa indignado y da dos pasos hacia atrás.

—¿Crees que soy perfecto? —pregunta frente a mí.

Asiento con la cabeza.

—Sabes que...  no voy a seguirte el juego del niño maltratado —dice alejándose hacia su auto.

—¡Bien! —grito detrás de él—. ¡Vete a la mierda! ¡No te necesito!

Tommy se da la vuelta y lo siguiente es que veo un puño venir hacia mí. Golpeo al suelo, alzo la vista mientras limpio mi labio inferior. Creo que me ha sacado sangre.

—Deja de hacerte la víctima Tobías —dice acercándose a mí y dándome la mano para levantarme—. Vámonos a casa.

Tomo su mano y lo jalo de modo que cae a la par mía. Me golpea en el hombro derecho y yo hago lo mismo. Nos observamos seriamente, pero entonces nos echamos a reír, seguido me toma del cuello y empieza a sacudir mi cabello. Siempre lo hace.

La Buena Pelea © (TF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora