26 | Marca de Amor

223 12 2
                                    

Tobías

—¿Entonces ella te dio una paleta y desaparecieron tus ganas de un cigarrillo? —pregunta Pat.

—Si, así es —respondo soportando un poco de dolor en mi antebrazo derecho—. Ahora me he comprado una bolsa completa.

—Si, pero tus labios se pintan de rojo —reconoce Pat.

—Si, es un detalle, así que compre una bolsa de paletas de café con leche. Realmente deliciosas.

—¡Estás loco! —exclama golpeando mi brazo izquierdo.
Le doy un golpe en su hombro.

—¡Tobías no te muevas! —dice Roland mientras trabaja en la parte anterior de mi antebrazo.

Observo a Roland, el tipo tiene tatuajes por todo el cuerpo, la mayoría son verdaderas obras de arte. Desde hace tiempo que quiero un nuevo tatuaje, pero no sabía que hacerme, pero ahora ya lo sé. No es muy grande, de hecho es un poco pequeño, pero me encanta.

—¿Así que... —pregunta Roland para distraerme—. ¿Dime Patrick ya te decidiste a hacerte un tatuaje?

Patrick niega con la cabeza.

—Definitivamente yo jamás me haría un tatuaje —asegura con tal certeza—. Quiero decir, son lindos, pero no quiero sufrir.

Roland y yo nos echamos a reír. No duele para nada, bueno mi primer tatuaje, que fue el dragón dolió un poco, pero fue superable.

—Gallina —me burlo de Patrick.

—Idiota —responde mientras vuelve a golpear mi brazo izquierdo.

—¡Quieto! —me regaña nuevamente Roland y se voltea a ver a Patrick—. Ambos.

Solamente nos echamos a reír los tres.

Después de una hora de torturar mi antebrazo derecho, veo el trabajo de Roland terminado.  Es todo un artista, a él vine cuando necesité mi primer tatuaje y los demás que siguieron. Definitivamente un artista.

—¡Roland! ¡Eres asombroso! —digo para felicitarle.

—Lo sé —dice orgulloso de su obra.

Roland me da las instrucciones para proteger mi nuevo tatuaje, hacemos una pequeña broma de que la próxima vez será Patrick. Nos despedimos de él quien se alegra en vernos y nos vamos con Pat a tomar un helado.

Últimamente preferimos ir a alguna heladería, ya que los dos nos hemos propuesto dejar de beber. Yo lo hago por mi Valentina, mientras que Patrick lo hace por Jacky.

—¿Crees que a Valentina le guste? —pregunto a Pat—. No quiero asustarla.

—A estas alturas no creo que nada pueda asustarla más que el hecho de que el idiota de Bruno no ha aparecido —responde Pat.

—Tienes razón.

Nos traen nuestro helado y un cesto de galletas de avena, seguido tomo un par y él también. Pasar tiempo con Patrick me ayuda a calmar mi ansiedad, lo cual necesito para el viernes en la noche.

—¿Dime le contarás de...? —insinúa sin mencionar su nombre, nunca lo hacemos.

Niego con la cabeza.

—De ninguna manera —declaro con seguridad—. Esto es sólo entre nosotros dos, ella no debe saber y tú no puedes decirle a Jacky.

Nadie puede saberlo, es sólo entre nosotros. Jamás hablamos de ello. Es sólo nuestra mierda. Es nuestro asunto privado y nadie debe saber.

—Bueno, pues creo que allí ya no puedo hacer nada —dice un poco arrepentido.

Lo observo decepcionado, mientras juego con una galleta. Creo que él dijo algo.

La Buena Pelea © (TF #1)Where stories live. Discover now