La Buena Pelea © (TF #1)

40 | Una Triste Realidad

Tobías

Ella me abraza, está recostada sobre mi pecho, llevamos así durante un buen tiempo. No puedo creer lo estúpido que fui al no escucharla, fui tan idiota. Un idiota que rompió su corazón.

"No es tu culpa"

Todo mundo dice eso, todos incluso ella, quiero creer eso, pero un parte de mí aún se siente culpable. Nunca pensé que hablar de ello con alguien más fuese tan liberador. Es como si una parte del enorme dolor que sentía se hubiese ido. Definitivamente Patrick tenía razón, es bueno contarle a alguien más.

Observo a mi Valentina, acaricio suavemente su mano y después deposito un beso en su frente. Se que ella me ha escuchado, pero aún necesito disculparme. Disculparme por el daño que le he causado. Disculparme por haber sido un estúpido.

—¿Cupido? —pregunto con inseguridad.

—Si —responde ella aún recostada sobre mi pecho y sentada sobre mi regazo.

—Lo siento mucho —digo tomando su mano—. Me comporte como un imbécil y te hice daño.

Ella no dice nada. Solamente se deja acariciar su mano.

—De verdad lo lamento, si pudiera volver el tiempo atrás y evitar hacer las cosas que hice lo haría —vuelvo a disculparme.

Ella sigue recostada en mi pecho, yo aún tomo su mano y Valentina no dice nada.

—Necesito saber algo —digo con nerviosismo—. Me pregunto si...

Tengo un poco de miedo de asustarla, pero más miedo tengo de perderla.

—¿Qué pasará con lo nuestro? —pregunto de una vez—. Quiero decir, se qué lo arruine todo al no escucharte, pero... ¿podré tener otra oportunidad contigo?

Silencio.

Lo único que siento es como su cuerpo se tensa. Ella se aleja de mí levantándose de mi regazo. Entonces tomo su mano y la llevo a mi boca, en donde le doy un tierno beso, aleja su mano mientras toma asiento a la par mía.

—Sólo necesito saber —musito en voz baja volviendo a tomar su mano.

—Necesito tiempo —sentencia con seriedad.

Valentina quita su mano que he tomado y empieza a jugar nerviosamente con ambas manos.

—Necesito tiempo —expresa con su voz calmada—. Tiempo para asimilar lo sucedido.

Asiento con la cabeza.

—Tiempo para confiar en ti —declara viéndome a los ojos.

Me quedo helado, ella acaba de decir que no confía en mí.

—Cupido, yo...

—Necesito saber que tú no me vas a abandonar, como lo hiciste está vez —interrumpe mi suplica.

Observo en su mirada que realmente está asustada y dolida al mismo tiempo.

—La verdad es que, ¿cómo podré confiar que más adelante, si tú y yo peleamos, no te irás con cualquier chica? —declara con su voz casi rota—. ¿Podrás dejar de beber, fumar y pelear cómo un loco?

Ahora soy yo el que no tiene palabras...

...porque no puedo asegurarle que no haré eso. Soy demasiado estúpido para cometer errores.

—Necesito tiempo —sentencia nuevamente poniéndose de pie—. Debo ir a clases, pero aún podemos seguir siendo amigos.

—Está bien, yo te acompaño —digo también poniéndome de pie y tomando su mano.