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Calum no pudo conciliar el sueño en toda la noche, –o lo que restaba de la noche– pensando en que haría si Luke se va de su vida; sabía que comenzaba a delirar tratando a Luke como algo que lo haga realidad o mantenerse de pie, pero así realmente es. El rubio es todo para Calum y todavía no se daba cuenta.

¿Cómo pudo cambiar todo de dos días para otro? Hace algunas horas se encontraban maravillados hablando a la mitad de una tranquila velada de sus sentimientos, y ahora están a punto de separarse por lo que resta de estudio.

El moreno trataba de entender a Luke, pero era imposible. Siempre tenía sus humores desordenados o cada cosa que pase por su mente lo hacía enojar, ojalá pudiese descubrir los secretos de su mente.

Por el otro lado, Luke estaba tratando de pensar si irse o no, sabía que no iba a ser nada sin Calum en su vida y espacio personal, sabía que él trataba de mantener su ira fuera cuando se encontraba junto al mayor, pero ya no podía. No aguantaba tener que siempre estar detrás de él por cada cosa que le pase, ya le cansaba.

Dejó de pensar en todo eso y decidió salir a caminar sin destino alguno. A penas se paró y se cambió, Calum lo divisaba extrañado viendo que hacía a esa hora de la madrugada y decidió interrogarlo.

—¿A dónde vas? —Se sentó en su cama mientras veía como Luke agarraba su cuaderno.

Ni siquiera respondió que ya se encontraba fuera del cuarto caminando sin mirar atrás. Calum bufó sabiendo que Luke era un caso perdido, siempre iba a hacer lo que quiera y nadie tendría que cuestionarlo o pararlo.

Se paró de la cama indagando internamente si ir en su busca o quedarse pensando maneras de reprocharle lo hecho cuando llegue, tomó sus cigarrillos y salió de la casa sin ponerse abrigo alguno. Había elegido la primera opción.

Lo divisó caminando con una gorra puesta en su cabeza, corrió lo más rápido posible para alcanzarlo y se subió arriba de él tomándolo por sorpresa y riéndose al no saber de quién se trataba. Cuando se bajó el rubio dio media vuelta y Calum, haciéndole caso a su corazón y no a su cerebro, agarró su remera y tomó sus labios uniéndose en un frío beso de otoño.

Sintió el gusto de éstos, fundían menta y el amargo gusto de cigarrillo, algo que al moreno lo volvía loco. Comenzó una guerra entre sus lenguas peleando internamente por quien tomaba el control y empatando a cada segundo. Cuando cesó el aire de sus pulmones, lentamente se apartaron.

—No quiero que te vayas, Luke. —ni siquiera lo miró, su orgullo no lo permitía.

—¿Ahora no quieres? Porque hace algunas horas chillabas que me querías lejos. —Se encontraba con sus fortificados brazos unidos entre su pecho.

El mayor quedó callado, Luke lo había dejado mal. Sabía que había chillado a más no poder, quedando como un caprichoso –algo que nunca fue– y eso, le molestaba.

—¿No vas a decir nada?

—Todo lo que tenía pensado ya fue dicho.

—¿Y el beso? —Una cínica sonrisa adornaba su rostro mirando como las mejillas de su compañero se tornaban demasiado rojas.

—¡Ya basta! —Rieron los dos.

El rubio se acercó hasta Calum y mordió su labio, viendo como él cerraba los ojos esperando algo más. Luego tomó su mano y empezaron a caminar nuevamente hasta su cuarto.

—Todavía sigo enojado Hemmings.

—Dentro de algunos minutos tu humor va a cambiar. Y no sabes cómo.

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Volví, estoy vivo!!!!!! Espero que les guste este capítulo, me tomó bastante escribirlo ya que no surgía nada de mí. -Lucas.

control ⊹ cakeWhere stories live. Discover now