thirty three ;

115 17 5
                                    

—Tienen que hablar con Zack, todavía no le dije ninguna sola palabra de que volveran al Instituto. —Liz habló mientras tomaba su té, Calum y Luke la miraban sin dedir palabra alguna.

—¿Se van a ir? —El pequeño salió de su escondiste mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Luke se paró alarmado, ahora tenía que explicar todo y aguantar los caprichos de su hermano, aunque lo entendía, también estaría así si su hermano mayor se va por un tiempo indeterminado.

Cuando estuvo cerca de Zack, lo alzó y apoyó su cabeza en su hombro acariciando su pelo.

—No llores pequeño, sé que te prometí que me iba a quedar un largo tiempo, pero ya nos tenemos que ir con Calum, si no vamos perderemos la oportunidad de convertirnos en la persona que queremos ser. Necesito que entiendas Zack, voy a volver lo más rápido posible para poder jugar contigo a todo momento. —Alejó su rostro de su hombro para poder contemplar su carita. Sus ojos estaban completamente rojos pero ya había llegado de llorar. —Cuida de nuestra madre ¿Si?

—Lo haré. Te voy a extrañar mucho —Lo abrazó de nuevo y comenzó a llorar.

Calum, que miraba la escena junto a Liz, se acercó a ellos. Con la ayuda de Luke tomó a Zack y esperó que se calme para poder hablarle.

—Sé que estas mal porque nos vamos y no queremos verte así, a tu hermano y a tu madre le duele mucho que estés en este estado. Quiero que seas valiente y te muestres fuerte como un superhéroe, ¿está bien?

—Sí Cal, te quiero mucho. —Fregó sus ojos limpiando sus lagrimas y le dio un beso en el cachete.

—Te quiero mucho más Zack. —Sonrió por la acción hecha por el pequeño y volvió junto a su novio.

—¿Cómo hiciste para calmarlo? —El moreno rió al escuchar a Luke.

—Tengo mis trucos. —Le guiñó un ojo y sonrió.

—¿Ya tienen todo preparado? —La madre del rubio preguntó, quería que los dos lleguen sin haber olvidado nada.

—Sí, solamente tenemos que salir. Es un largo camino. —El ojicelestes habló mientras se paraba de su asiento.

—Te voy a extrañar hijo. —Liz lo abrazó sin querer soltarlo.

—Yo también mamá. —Calum rió al ver como a su pareja le costaba hablar ya que su madre lo apretaba mucho.

Los dos se despidieron de Liz y también de Zack, que gloriosamente no lloraba más. El pequeñín abrazó hasta quedarse sin fuerza a su hermano y Calum, tenía que demostrar todo su amor antes de que se vayan.

—Por lo menos Zack no lloró tanto. —El moreno habló una vez que se subieron al auto.

—Lo voy a extrañar, lo quiero tanto. —El rubio dijo antes de arrancar el auto, miro a Calum y le regaló una sonrisa. —Te amo.

—Yo también lo hago Luke. —Tomó su mano juntándola con la suya.

El auto se puso en marcha y Calum disfrutaba de la música que sonaba en la radio mientras veía el paisaje que se encontraba en el exterior, la noche podía mostrar todo lo hermoso que tenía cada lugar, aquello maravillaba tanto al moreno.

—¿En qué estás tan concentrado? —Luke podía mirar a su chico mirando por la ventana y no podía creerlo real, Calum era una maravilla.

—Miro el paisaje, tú mira el carril si no quieres chocar.

—Lo siento, es que eres tan hermoso y me distraes tanto. —El moreno rodó los ojos.

Llegaron a la casa del mayor y como ya se estaba por acercar la hora de partida, subieron todas las maletas al auto y sin más, partieron.
Partieron nuevamente al lugar donde se conocieron, a su lugar.

La noche estaba fría, algo que a Luke no le gustaba pero a Calum sí.

—¿Por qué no te gusta el frío? Si eres tan hermoso con esos buzos que usas, todo lo que usas te queda perfecto. —El ojos marrones se sorprendió al ver a su novio sonrojado. —Espera, ¡Te sonrojaste! ¿Me escuchas gritar?

—Calum te tengo al lado mío, sí te escucho gritar. —Los dos rieron feliz, estaban feliz con la presencia de cada uno, se autocompletaban sin siquiera saberlo.

El rubio manejaba sin dejar de ver el carril, y tenía tantas ganas de contemplar el rostro de Calum, moriría una y mil veces por verlo sonreír.
Lo amó desde el primer momento y estaba sorprendido por eso, quién diría que el hombre más mujeriego de su grupo de amigos se enamore de una forma tan profunda.
Rió llamando la atención del morocho quién lo miró raro.

—¿Por qué no intentas dormir? Todavía tenemos un camino largo. Te despertaré para desayunar, no te preocupes.

—¿No vas a necesitar un co-conductor despierto que te haga reír?

—Prefiero tirarme del auto en este momento.

—Te odio. —Calum se dio media vuelta dándole la espalda al rubio.

—¡Era un chiste! —El ojos celestes tocó su pierna para que vuelva a la posición de antes pero el moreno ni siquiera se inmutaba. Entonces, Luke metió su helada mano dentro de la ropa que llevaba puesta Calum y tocó su espalda, sintiendo como éste pegaba un salto.

—¡Maldito! ¡Estás congelado! —El mayor le pegó en la pierna.

—¡No hagas eso! ¡Me vas a hacer chocar! —Rieron los dos. No se cansaban de jugar.

—Te odio de nuevo. —Luke rió al escucharlo. —Pero esta vez no me voy a dar vuelta.

Calum vio como su pareja le guiñaba el ojo cuando terminó de hablar.

—Voy a dormir, me molestas y me tiro del auto. —El ojos marrones amenazó esperando que de una vez por todas el rubio lo deje de molestar.

—Entonces no voy a dejar de molestarte.

—Ya cállate. —Calum se acomodó en una posición cómoda que le permita dormir plácidamente.

El rubio miró por el espejo como su novio cerraba los ojos e intentaba dormir, sonrió sin que lo vea y se centró en seguir manejando correctamente para poder llegar con vida hasta el destino.

—Era mentira de que te odio. —Calum habló luego de pasar un rato.

—Pensé que estabas dormido.

—Pensaste mal.

—¿Entonces si no me odias, me amas?

—Ya quisieras Luke.

El nombrado empezó a bajar la velocidad y aparcó el auto fuera de la carretera. Al frenar del todo, se desabrochó el cinturón y miró a su acompañante.

—¿Así que me odias? —Se acercó lentamente al mayor.

Calum comenzó a reír y sin dudarlo, abrió la puerta del auto y salió.

—¡Sí, te odio! —Gritó al ver como Luke salía del auto y comenzaba a perseguirlo por alrededor de éste.

Sin que Calum lo notara, el rubio lo tomó de sorpresa y puso sus brazos entre su cintura alzándolo.

—¡Suéltame rubio feo! ¡Policía! —El ojos marrones no podía parar de reír.

—Eso te pasa por desafiar al gran Luke Hemmings. —Habló antes de soltarlo y juntar sus rostros.

—Te amo, tonto. —Los enamorados se besaron cuando Calum dijo aquellas palabras.

—Yo te odio, tonto.

control ⊹ cakeWhere stories live. Discover now