11. Promesas por la garrita.

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– Yo...

– ¡Jimin! –gritan llamando la atención de ambos chicos.

El ojinegro observa como un chico de cabello rubio se aproxima ellos, lo reconoció al instante y es que Min Yoongi no podía pasar desapercibido. Jimin le sonrió y saludo con la mano, cosa que vio el castaño y se interrogo quién era el que estaba interrumpiendo su plática con su chico del café.

– ¿Vas al Joly's? –le pregunta Park al chico que por fin queda frente a ellos.

– Sí, ya empezará el turno –responde bufando y luego queda mirando a Jungkook– Hola tú.

– Hola –saluda el castaño sonriendo.

– Yoongi él es Jungkook, Kook él es Yoongi, trabaja conmigo en el Joly's –el castaño hace una reverencia lo que a Min Yoongi le pareció muy tierno.

– ¿Es tu novio, Jimin?

El castaño mira al ojinegro esperando algún tipo de respuesta, aunque no debía hacerse ilusiones ya que no eran nada. Park niega con la cabeza.

– No, Kook es solo un amigo –con esa frase al corazón de Jungkook se le hizo una grieta.

– Oh, ya veo –dice Yoongi con una sonrisa traviesa entre sus labios. Había encontrado atractivo al chico que acompañaba a su compañero.

– Si quieres puedes dejame aquí, Kook –habla el peli-naranja– me puedo ir con Yoongi.

– No te preocupes por mí, no me molesta que esté con nosotros –el castaño sonríe al escuchar eso y el rubio le regala un guiño.

"¿Qué mierda está pasando?" se pregunta Jimin en su mente.

Se demoraron al menos unos 20 minutos en llegar hasta donde trabajaban los chicos. En todo el camino el ojinegro no pronunció ni una palabra y no era porque no quisiese, lo que pasaba era que Yoongi le estaba robando toda la atención de Jeon. Primero comenzaron a preguntarse cosas típicas e inocentes, después de un rato hablaban como si se conociesen toda la vida. Una punzada recorría el estómago de Jimin, no le agradaba ni un poco que Jungkook le regalase sonrisas a su compañero de trabajo, pero ¿qué más podía esperar?, de lejos se veía que el castaño era todo un casanova, lo tuvo claro desde principio.

Los chicos iban perdidos en su conversación y no se dieron cuenta de que habían llegado hasta que Jimin soltó un bufido que no planeaba que ellos notaran.

– Oh, ya llegamos –dijo Yoongi– se me hizo muy corto el camino.

– A mi igual –agrego Jeon sin despegar esa sonrisa melosa de su rostro. "Qué asco" pensó nuevamente el ojinegro.

– Me gustó mucho hablar contigo, Kook.

Un minuto, ¿había usado el apodo que Jimin había escogido para Jungkook?

– A mí también, Yoongi –Jimin tenía los labios apretados al ver como el chico se comportaba tan simpático con el rubio.

– Deberíamos salir un día de estos, ¿me dejarías tu teléfono?

Esta vez la cara del peli-naranja era igual a un tomate y no por estar avergonzado, sino por pura cólera que le estaba provocando el descaro de Min Yoongi. ¿Acaso Jungkook no venía a acompañarlo a ÉL al trabajo?, ¿ya se había aburrido de Jimin?

– Si, dame tu celular y te lo escribo –el rubio alargo su brazo con el aparato hacia Jeon quien anoto tranquilamente su número mientras a Jimin le rechinaban los dientes.

– Entonces, estamos en contacto.

– Sí.

– Adiós, Kook.

Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora