1. Hola.

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Jungkook se quedó esperando una respuesta pero al parecer el chico no lo había escuchado. Aclaro su garganta para captar su atención pero nada funcionaba. Para Jungkook esto era muy raro, usualmente la gente le hacía caso de inmediato, desde que era un pequeño sabandija obtenía la atención de su familia desde sus padres hasta sus tíos y abuelos, dejando en segundo plano a su hermano menor o primo, mientras que en la escuela y la universidad era el estudiante más popular, con quien todos quieren hablar y sentarse en clases. Ante la frustración probó intentar de nuevo.

– Eh... hola...

El chico bajo su libro y observo al castaño parado frente a él. Mentiría si dijera que Jungkook no se puso colorado en el momento en que sus ojos hicieron conexión con los del chico. Pero vamos, él era Jeon Jungkook, jamás confesaría que un chico que no conocía había hecho que se apenara.

– ¿Se te ofrece algo? –la voz del ojinegro era totalmente áspera y su mirada fría, lo que hizo que Jungkook se trabará con su propia lengua. Mierda, esto nunca le pasaba.

– Yo eh... soy Jeon Jungkook.

Patético. Jungkook se sentía totalmente patético al estar tartamudeando, pero es que no podía concentrarse teniendo a un ser tan bello delante de él. Normalmente se le hacía muy fácil conquistar a cualquier chica o chico, todos caían ante las mismas palabras que Jungkook les decía por lo que nunca se complicó conociendo a nadie, además ¿por qué debería?, se deberían sentir alagados de conocerlo a él.

– ¿Y? –el ojinegro seguía con ese tono frío y Jungkook solo lograba trabarse aún más.

– Te he visto... leyendo Anna Karenina, hace tiempo tenía pensado leerlo pero nunca me anime –mintió descaradamente– ¿me podrías dar una reseña?

El chico miro de pies a cabeza a Jungkook, su rostro no transmitía ninguna emoción. Mientras el castaño esperaba la respuesta se cuestionó el resultado de la moneda, se hubiera ahorrado toda esta estupidez si hubiera caído sello, que idiota.

– Mira... Jin Kiuk... –empezó el ojinegro.

– Es Jeon Jungkook –interrumpió el castaño ofendido. ¡Ni siquiera le puso atención mientras se presentaba!

– Oh, lo siento, Jungkook. Para dar una reseña debo leer todo el libro y tú me has venido a interrumpir a la mitad de este. ¿Cómo darte una opinión si no se todo el contenido?, quizá hasta ahora me guste y luego ¡bum! El autor comete una estupidez y arruina toda su obra, como también puede ser al revés. Sin contar el hecho de que hay miles de reseñas en internet y si de verdad quisieras leerlo podrías fácilmente sacarla de ahí. Así que, si me disculpas, no tengo tiempo para charlar con extraños.

Jungkook se quedó completamente petrificado, "así no pasa en las películas" pensó. Era la primera vez que era rechazado de una manera tan fría, él era quien rechazaba a la gente por lo que no tenía idea de cómo debía reaccionar ante tal golpe bajo. Solo veía dos salidas: irse con lo que quedaba de su dignidad o decir algo como venganza.

Obviamente Jungkook no se quedaría callado.

– ¿Intentas alejar a la gente?, me parece una fachada muy cliché, típico joven adulto que no sabe cómo enfrentar sus problemas personales –aquí es donde las dotes de psicología de Jungkook salían a relucir– lo más probable es que vengas de una familia rota, padres separados, las peleas son constantes por lo que aíslas a todo el mundo para que se vea que eres fuerte pero con esa estúpida actitud solo estas pidiendo la atención que seguramente no recibes en tu casa. ¿Clásico, no?, porque no creo que te comportes así porque eres heterosexual, tu actitud misma te ha delatado y también tu forma de vestir, así que no me sorprendes.

Pero Jungkook no recibió la respuesta que esperaba ya que el ojinegro comenzó a reírse en su cara.

– ¿Esperas que por psicoanalizarme me sorprenda?, pues veamos qué hay de ti. Niño mimado con familia rica, eso lo sé solamente mirando la marca del suéter que llevas y tus zapatos. Estas acostumbrado a obtener lo que quieres siempre que lo pides, te frustra saber que algo está fuera de tu alcance, siempre quieres ser el centro de atención de todo. Y apuesto que eres bisexual, obviamente también necesitas la atención de ambos sexos para saciar tus intenciones de estar por encima del mundo, eso sí que es un maldito cliché.

Jungkook sonrió de oreja a oreja. Además de ser un insensible jodidamente sexy, el chico realmente sabía de qué hablaba, eso sí que lo impresionada. Al ver su reacción el ojinegro bufo y volvió a su lectura.

El castaño sabía que era una locura lo que empezó a pensar, pero debía salir con ese chico, costará lo que costará.

Jungkook tomo asiento frente al chico quien lo ignoro olímpicamente. Analizo cada una de las facciones del pelinegro y Dios, ¿cómo había alguien tan hermoso?, debería ser ilegal. Su mirada se desvió hacia el maletín que el chico traía consigo, donde estaba bordado el nombre "Park Jimin" en la orilla.

– Jimin... –dijo Jungkook captando la atención del ojinegro– así que ese es tu nombre, muy lindo.

– ¿Qué eres?, ¿investigador privado en tus horas libres?

– Con tu nombre bordado no creo que necesite eso –Jungkook sonrió victorioso lo que irrito demasiado a Jimin.

– ¿Acaso no te rindes?, ¡como exasperas!

Jungkook levanto una ceja. – Solo quiero invitarte un café.

– Pues no quiero, Jeon Jungkook –dijo cortante el ojinegro– de todas formas se me hace tarde.

Jimin comenzó a arreglar sus cosas metiéndolas en el maletín. Jungkook seguía observándolo en silencio y se preguntó a si mismo cuando se iba a cansar de hacerlo. El ojinegro iba vestido con unos jeans ajustados de color negro, una camisa que dejaba que se escaparan un par de collares en el pecho y una chaqueta de cuero negro. Jungkook se sentía atraído por toda su persona con curiosidad, le hubiera gustado que Jimin fuera una chico con el que se pudiera hablar, pero su personalidad fría y tosca hacia que todo se hiciera más difícil... Sin embargo, para ser sinceros, al castaño le encantaban los retos.

– Por lo menos haz puesto atención a mi apellido –soltó Jungkook sonriente– ¿vendrás mañana al café?

– La curiosidad mato al gato, Jungkook –insistió Jimin– y no te incumbe.

– Te esperaré mañana, quizás vengas de mejor humor y podríamos charlar como gente civilizada que somos, ¿te parece?

Jimin no dijo nada, solo lo miro fijamente haciendo que Jungkook se sintiera totalmente indefenso, pero no lo iba a demostrar, no frente al ojinegro que ni siquiera conocía.

– Pierdes tu tiempo –aseguro el chico de cabello anaranjado.

– Estoy seguro que no –respondió Jungkook sin quitar su mirada de los ojos del chico.

Jimin se colgó el maletín en el pecho y salió del café en camino hacia su trabajo. "¡Pero que tío más petulante!", pensó.

Jungkook se quedó un rato en el café saboreando la idea de ver a Jimin mañana, ya tenía decidido acercarse a él para saciar su curiosidad, luego volvería a su vida normal y fin del asunto. No pudo evitar sonreír con un poco de malicia, sería sumamente divertido. Vio su reloj dándose cuenta de que iba a llegar tarde a la universidad. Se levantó rápidamente y se dirigió a la salida del local.

Mañana volvería a primera hora.


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Primer capitulo:3, espero que les vaya gustando. Aclarar que cambiaré muchos de los detalles de la vida de los chicos, como familiares, gustos, etc. Solo para que la historia tenga sentido y además quería hacer algo diferente porque he leído cientos de fanfics donde Jimin persigue a Kookie y ya se me hacen latosos, aquí cambiaremos mucho las cosas.

Que disfruten!, recuerden comentar y votar, se los agradecería mucho<3


Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora