28. ¿Un café?

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3 meses después.

– Eso es todo por hoy, recuerden presentar sus trabajos de fin de curso el día Jueves en mi escritorio. Que tengan un buen fin de semana –el profesor termina de hablar y los alumnos comienzan a abandonar el salón.

Como siempre Jungkook es el último en salir por quedarse ordenando sus cosas. Cuando tuvo todo listo se despidió del hombre mayor y salió camino al campus.

La universidad estaba rodeada de áreas verdes, lo que el castaño agradecía ya que Nueva York era conocida por ser una selva de asfalto. Dio unos pasos hacia la izquierda, era viernes y eso indicaba que podía irse directo a casa.

Ya se había acostumbrado al ambiente de la universidad, todo el mundo lo había recibido de buena manera apenas puso un pie en el lugar. Durante este tiempo se había enfocado en subir sus calificaciones y había obtenido un buen resultado, ahora era uno de los chicos sobresalientes. Así que por ese lado todo estaba viento en popa.

Jungkook tenía planeado volver a ser el mismo de antes pero eso no estaba saliendo como él quería. Había hecho un par de amigos en el campus los cuales lo invitaban a fiestas prácticamente cada fin de semana. Al principio el castaño no se perdía ninguna y había tratado actuar como antes, buscar una conquista de una noche, creerse el rey del mundo. El problema era que entre el alcohol y la confusión el nombre de Jimin aparecía en su mente.

Jimin.

Había querido olvidarlo, había querido borrar cada recuerdo que tenía a su lado y había querido comenzar una nueva vida, pero todo era totalmente en vano.

Nunca pudo llegar con nadie más allá de los besos, la mayoría lo dejaba después de que confundiera sus nombres con el de Jimin o cuando se ponía llorar por el. Por eso de a poco dejó de ir a las fiestas, al final parecía que cuando estaba ahí se acordaba mucho más del peli-naranja.

Se había ido para olvidar y se le estaba haciendo imposible.

Hablaba con Taehyung cada día y la última noticia que tuvo de Jimin fue por él. Al parecer su ex novio lo estaba buscando por todas partes o eso decía su mejor amigo. Jungkook trató de darle la menor importancia posible pero no pudo.

El corazón le latió a mil cuando supo que Jimin lo buscaba.

Pero se prohibió a sí mismo hacerse esperanzas, el chico lo había lastimado y de forma muy jodida. No quería caer en sus brazos de nuevo como si nada. Jungkook había sufrido y mucho durante estos meses tratando de organizar su vida. Sabía que fue muy cobarde al salir corriendo del país para alejarse de los sentimientos de dolor, pero era la única forma que él conocía para superar sus problemas.

Jungkook siempre huía de las cosas malas, ese era uno de sus defectos.

Pero extrañaba Corea. Extrañaba a su familia y a Taehyung, extrañaba la cafetería literaria y sus paseos por los parques cercanos. Nueva York era una ciudad impresionante, no mentiría diciendo lo contrario, pero no era su hogar.

Y extrañaba a Jimin, pero esa era otra historia.

Camino seis manzanas hacia el norte sin prisa alguna. La mayoría de los estudiantes vivía dentro del campus pero por llegar a mitad del semestre tuvo que buscarse un departamento por los alrededores. No quedaba tan cerca de la universidad pero a Jungkook le gustaba caminar, le ayudaba a despejar su mente.

Vivía en el sexto piso, lo que le daba una gloriosa vista a un montón de edificios (Nueva York estaba plagada de ellos). Su apartamento era pequeño pero a Jungkook le gustaba, era muy acogedor y un refugio para los días monótonos. Aunque el más cómodo ahí era Baekdu. Al parecer al cachorro, que ya no era tan pequeño, le encantaba su nuevo hogar, aunque se empeñase en destrozarlo cada vez que su dueño no estaba.

Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora