26. El pequeño ángel.

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¡POR FAVOR LEAN ESCUCHANDO LA CANCIÓN!

☕️

– ¿Seguro no necesita nada, joven? –pregunta por tercera vez y nuevamente Jimin niega con la cabeza de forma amable.

– No, muchas gracias.

– Cualquier cosa nos llama con el botón rojo que está por el lado izquierdo de la cama, ¿está bien?

– Entendido.

La enfermera se retira dejando a Jimim a solas con una Yun profundamente dormida.

El peli-naranja se había rehusado a moverse del lado de su hermana, ni siquiera para beber un poco de agua. La noche había caído sobre ellos y el mayor de los hermanos seguía ahí sosteniendo la mano de la pequeña, no estaba dispuesto a a dejarla sola en ningún momento. Ya había hecho tanto daño a la gente que amaba y no quería que Yun formará parte de esa lista.

Aunque era una lista bastante corta, solo estaba el nombre de Jungkook.

Esta de más decir que Jimin se sentía como un completo imbécil y le daba asco recordar la sarta de mentiras que soltó en la cara del castaño para que este se alejara para siempre de su lado. Pero no tuvo opción...

La vida de Yun estaba en juego.

Su padre había hecho de las suyas nuevamente para tenerlo a su merced y para pesar de Jimin el maldito logró su cometido. Lo alejó de Jungkook, de su Jungkook.

El ojinegro se sentía totalmente miserable, todo sería distinto si tan solo su ex novio se encontrase ahí. Había algo en la presencia de Jungkook que lograba relajar a Jimin por completo. Eso era lo que necesitaba en esos minutos, que alguien le dijera que todo estaría bien y que Yun ya no corría peligro así que no debía seguir preocupándose.

Un beso de Jungkook lo hubiese tranquilizado y mucho más.

Pero ya no había vuelta atrás, el había hecho una decisión por más cruel que fuese y era hora de asumir las consecuencias. Jungkook ya no podía formar parte de su vida por más que lo desease, ya no podía engañar a su padre para mantenerlo en secreto, así que se le habían agotado las opciones.

No pudo evitar que una lagrima rozase su mejilla en cuanto recordó la sonrisa de Jungkook. Sintió como sus ojos ardían un poco por todo lo que había llorado anteriormente y trato de aguantar, trato de no romper en llanto pero le fue imposible. Jimin estaba quebrado, el mismo se había arrebatado un pedazo de su ser y ya no podía estar completo, no sin su Jungkook a su lado.

Bajo la cabeza apoyándola en la mano de Yun y empezó a sollozar de bajito, como si tratase de evitar que alguien más pudiese escucharlo. Ni siquiera él pudo descifrar cuánto tiempo había pasado en esa posición, solo salió de su trance cuando sintió el cuerpo de su hermana moverse.

Jimin levantó la cabeza encontrándose con la cara pálida de Yun en la cual un semblante de puro dolor se hacía presente.

– ¿Yun? –pregunta el peli-naranja.

– Duele –contesta la chica en un susurro apenas audible que dejó helado a su hermano.

– ¿Qué te duele, pequeña?

– No quiero... No quiero más, Jiminnie.

El corazón del chico se paralizó, eso era lo último que quería escuchar. Yun no podía rendirse ahora que estaba tan cerca de mejorarse, mañana mismo entraría a pabellón y todo esto quedaría solo como una amarga pesadilla. Jimin le hizo cariño suavemente en la frente tratando de confortarla.

Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora