15. Fiesta de negocios | Parte uno.

86.8K 10.5K 11.7K
                                    

¿Han despertado y sentido que la vida es perfectamente bella?, bueno, así se sentía Jungkook ese día.

La noche anterior había sido un completo éxito, cada vez sentía que estaba más cerca de Jimin y eso lo hacía sentir muy bien. Se quedaron hablando por horas, rieron y jugaron hasta que él tuvo que irse, se despidieron con un beso en la puerta más un par de caricias. Sí, definitivamente él estaba muy feliz por eso.

Tomo una ducha y se vistió rápidamente. La sonrisa no se le podía quitar del rostro, era inevitable fijarse en ello. Tomo su bolso, se despidió de sus padres y salió de la casa rumbo a la cafetería. Le tomo al menos media hora en llegar hasta su destino, cuando ya estuvo ahí diviso de inmediato la cabellera anaranjada de Park, quien se encontraba hablando por teléfono. Jungkook entró al local y pidió el café de siempre, luego se sentó frente a Jimin.

Siempre se preguntaba como es que el peli-naranja podía verse tan bello aunque estuviese con el ceño fruncido.

– ¿Y por qué debo ir yo? –Le escucho decir al ojinegro– yo no tengo nada que ver en tus negocios. Mierda, no. ¡No me interesa ir a un lugar así!, eres un hijo de... Está bien, iré, te veo esta noche –colgó el teléfono y miro al castaño– Buenos días, Kook.

– ¿Quién era? –lo interroga de inmediato y Jimin se encoge de hombros.

– Era mi padre, quiere que vaya a una de sus fiestas de negocios.

– Pues no vayas –le dice Jeon como si nada y el ojinegro desearía que todo fuese así de fácil.

– No me puedo negar, no me dejará ver a Yun.

– ¡No puede hacer eso!

– Claro que puede, con un llamado puede hacer que no me dejen ver nunca más a mi hermana, así que tengo que ir.

– Es todo un cabrón.

– Y puede ser peor.

Jeon miro a Jimin, enserio no entendía como una persona como él pudiese llevar un peso tan grande sobre sus hombros, definitivamente sus padres eran los mayores idiotas del mundo entero.

– ¿Quieres que vaya contigo? –la voz de Jungkook era baja, casi tímida.

– Es muy aburrido, Kook, no es necesario que me acompañes.

– Yo quiero hacerlo, enserio.

Jimin lo mira perdido, le gustaba mucho ese chico.

– Esta bien, acompañame.

– ¡Wuju! –chilla el menos y ambos se ríen.

– Tienes que vestirte de traje, Kook, paso por ti a las ocho así que necesito saber dónde está tu casa.

El castaño anotó en el teléfono de Jimin su dirección, jamás pensó que asistiría a una fiesta de negocios con el ojinegro.

– ¿Tienes auto, Park Jimin?

– Algo así –respondió dejando con la duda al chico– tengo que irme, se me hace tarde para ir al trabajo.

– Oh, claro... Te veo más tarde...

El peli-naranja comenzó a guardar sus cosas con la mirada de Jungkook encima, no quería irse pero debía ir a trabajar, el dinero no aparecería solo. Cuando tuvo todo listo se levantó y le sonrío al castaño quien estaba concentrado bebiendo su café, paso por su lado haciendo como que se iba, pero se detuvo frente a él.

– ¡Kook, casi lo olvido!

– ¿De qué habl...?

No pudo terminar porque los labios de Jimin se estamparon contra los suyos en un dulce beso que dejo en las nubes al pobre de Jungkook.

Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora