"Café para dos": Epílogo.

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8 años después.

Mira el reloj un poco asustado. Iba a llegar tarde pero no quería dejar a su paciente a la deriva.

– Mira, Kwan –dice mientras se acomoda en él escritorio– te haría un cupo pero necesito salir corriendo de esta oficina porque tengo unos asuntos importantes que atender. ¿Te parece si dejamos la cita para mañana a eso de las tres?

– No se preocupe, Doctor, no me correspondía venir por mi cuenta pero sé que usted puede ayudarme con mi problema...

– Para eso estoy, Kwan. Nos vemos mañana, le diré a mi secretaria que te fije la hora.

– Muchas gracias, Doctor Jeon.

A pesar de los años Jungkook aún no se acostumbraba a aquellos nombres pero le gustaban. Ser psicólogo era más que su profesión, era su vocación de vida. Le gustaba saber que la gente confiaba en él y que podía ayudarlos con sus problemas, sin hablar de cuánto le enriquecía ver a alguien mejorarse gracias a él.

Miro el reloj de su teléfono y el par de mensajes que tenía en el. Estaba de más decir que seguía atrasado, le iba a llegar un gran regaño si no alcanzaba a hacer todo en el tiempo acordado.

Se despidió de su secretaria y dejó la oficina para dirigirse al estacionamiento. Había dejado su auto a un costado del edificio para no demorarse de más, se subió en el y reviso que todos los papeles estuviesen ahí. Cuando ya vio que todo estaba en orden dio marcha hacia su destino.

Hoy era un día que cambiaría su vida.

☕️

– Señor Jimin, llegaron los planos que pidió.

– Déjalos en mi escritorio, los revisaré mañana.

El hombre asintió e hizo lo que Jimin dijo, aunque este estaba bastante perdido en la computadora como para tomarle atención y no podían culparlo, había recibido el correo más importante de toda su carrera.

"Estimado Park Jimin,

Me complace informar que el consejo ha votado para acoger su proyecto para el nuevo edifico del Centro Médico de Busan.

Lo citamos el día Miércoles 23 de Agosto para..."

Lo habían aceptado, había ganado el contrato más grande de su vida. Le parecía un sueño hecho realidad, el sería el arquitecto que diseñara y guiará la construcción del nuevo Hospital de Busan.

Después de estudiar y comenzar su propio negocio como arquitecto, cosa que no fue para nada fácil pero con un poco de sudor y lágrimas pudo lograrlo, ahora estaba viendo los resultados.

Le hubiese gustado tener a Yun a su lado.

En una semana se cumplirían 9 años desde que su hermana había dejado esta vida y aunque el tiempo pasará su recuerdo seguía latente en su mente.

Sin embargo ahora la angustia ya no cegaba el corazón del ojinegro. De a poco dejó de llorar cada noche, dejó de quebrarse al escuchar su nombre, dejó de sufrir por su partida.

Ahora la recordaba de forma feliz, una Yun sonriente y tranquila. La extrañaba pero de a poco había aprendido a vivir su vida sin ella.

Sintió que su teléfono vibraba avisándole que ya era hora de dejar de trabajar. Sonrío, apago la pantalla de su laptop, guardo sus cosas en el maletín, se despidió de sus compañeras de oficina y corrió a tomar el ascensor. No podía mentir, estaba bastante nervioso de que las cosas no salieran bien pero se obligó a sí mismo a calmarse.

Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora