20. Una posible solución.

66.4K 7.8K 3.7K
                                    

Jimin salió indignado de la institución con Jungkook siguiéndolo de cerca.

Se sentía indignado, no podía parar de recriminarse a cada segundo que él tenía la culpa de lo que le estaba pasando a la pobre de Yun. ¿Acaso no había tratado de hacer todo por su hermana?, ¿en qué se había equivocado?

Jungkook abrazo a Jimin en silencio, sabía que el peli-naranja estaba pasando por algo difícil y estaba dispuesto a apoyarlo sin importar nada. Aunque no se podía concentrar por completo gracias a lo sorprendido que se sentía por aquella afirmación que tuvo Jimin frente a la nueva Directora, Jeon pensaba que guardarían su relación en alguna especie de secreto y se alegraba mucho de que no fuese así.

Ya estaba oscureciendo, las luces desaparecían por el horizonte avisando que era hora de ir a casa. Se tomaron de las manos y caminaron silenciosamente hasta el autobús, esta vez no había bromas ni temas de conversación, ambos se sentían jodidos de algún modo u otro. Jimin apretaba la mano de su chico tratando de agradecerle no dejarlo solo en ese momento, de seguro que el peli-naranja se hubiese vuelto loco si el no estuviese a su lado.

Al llegar a casa todo se sentía extrañamente desolado, Jimin fue a preparar café mientras que Jungkook se dejó caer en el sofá mirando el techo. Cuando el mayor llego a su lado con las tazas en sus manos las dejo en la pequeña mesa de centro que tenía y luego se recostó en el sofá apoyando su cabeza en las piernas del castaño. Los de dedos de Jungkook paseaban con delicadeza por el cabello de Jimin tratando de hacerlo dormir aunque no lo estaba logrando.

– Debe tener frío –soltó Park con un nudo en su garganta.

– Estará bien, la iremos a ver cuándo la saquen de ahí –le respondió el menor abrazándolo.

– Se supone que yo debía cuidarla...

– Y lo haces, Jimin, lo haces...

– ¿Y por qué siento que es mi culpa?

Jungkook negó con la cabeza e hizo que Jimin se enderezara para poder mirarlo a los ojos. La cara del peli-naranja se veía mucho más pálida y las ojeras estaban comenzando a acentuarse. El castaño paso sus manos para tomar con suavidad la cara de su novio.

– No es tu culpa –aclaró– fue esa maldita idiota sin corazón.

– No lo entiendes, es mi hermanita...

– Y por eso te digo que no es tu culpa, lo único que tu haz hecho por Yun son cosas buenas, Jimin.

– Me siento de manos atadas, Kook... No puedo ayudarla aunque quiera.

– Entonces es hora de ver una solución más duradera.

– ¿De qué hablas?

Jeon le dejo un beso en los labios callándolo por completo. Al separarse el menor comenzó a dejar más besos en toda la cara de Jimin hasta que fue capaz de sacarle una sonrisa.

– Solucionaremos esto, ya verás –dijo Jungkook depositando el último beso en la frente del peli-naranja.

– No quiero que tú te preocupes, Kook, estos problemas son míos...

– Creo que la idea de estar con alguien es Apoyarse mutuamente, cariño, además sé que si yo fuera el que estuviese pasando por todo esto correrías a ayudarme.

Jimin soltó una risita. – Puede ser... Te quiero, Kook.

– Te quiero más.

Esa noche se quedaron dormidos en el sofá. Por la mañana Jungkook debía ir a la universidad así que se aseguró de dejar a Jimin en su cama para que siguiera durmiendo ya que no tenía que ir a trabajar. Ordeno un poco el departamento antes de irse y luego se dirigió a su universidad.

Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora