16. Fiesta de negocios | Parte dos.

75K 9.7K 8.9K
                                    


El viento pegaba en la cara de Jungkook, se sentía completamente libre en ese momento, jamás había disfrutado tanto el estar por sobre el límite de velocidad. Sus brazos aún estaban amarrados al abdomen de Jimin y digamos que eso también le gustaba bastante. Sintió como el peli-naranja subía una vez más la velocidad y de nuevo esa extraña sensación en su estómago semejante a la adrenalina se hizo presente. Se río fuerte porque estaba encantado, su sueño había sido andar en motocicleta y era mucho mejor de lo que pensaba. Se dio cuenta que Jimin conducía con una mano y con la otra le hizo cariño en sus dedos.

Maldito ojinegro, era su perdición.

En menos de 20 minutos ya estaban en su destino. Había muchos autos estacionados en la mansión Park esperando entrar a la fiesta, Jimin detuvo la moto y ambos chicos se sacaron los cascos quedando despeinados igual que unos niñatos.

Jeon soltó una risita y estiro su mano para arreglar el cabello de su acompañante.

– Te veías tan guapo, lástima que ya te echaste a perder –dijo el castaño ganándose un ligero empujón de parte de Jimin.

– Idiota.

– Sabes que es mentira. Creo que eres guapo hasta con lodo en la cara –el ojinegro solo le sonrió.

Entraron al lugar que estaba atiborrado de gente con trajes costosos y copas de vino, con tan solo verlos Jimin quería salir corriendo, hace años que se había alejado de ese ambiente y ya había olvidado cómo comportarse en situaciones así.

– ¿Pasa algo? –le pregunto Jungkook que lo había notado tenso.

– Creo que perdí la costumbre de rodearme de tanta gente hipócrita.

– No es tan difícil, solo sonríe y se lindo. Lo último lo tienes dominado.

– ¿Te han dicho lo bien que sabes coquetear? –Jeon se encogió de hombros.

– No creo que sea para tanto.

– ¡¿Qué no?! Eres el rey del coqueteo –dijo Jimin sacándole una risa al castaño.

– Estas exagerando, cariño.

– Me gustaría saber cómo lo haces, nadie se te escapa.

– Hay uno que me ponía bastante resistencia –Park revolotea los ojos– pero supongo que hice algo bien porque al parecer lo conquiste.

– Que ciego debe estar.

– Sí, yo opino lo mismo.

Se acercaron para poder besarse pero algo en la mente de Jimin apareció y lo hizo retroceder.

– No podemos besarnos aquí, toda esta gente es una homofóbica de mierda y ahora sí que mi padre me alejaría para siempre de Yun...

– Da igual –contesto Jungkook– puedo besarte después de la fiesta –gracias a esas palabras Jimin sonrío genuinamente.

Empezaron a caminar por entre medio de la gente, todos charlaban con ese tono tan exasperante que tiene la gente rica el cual le estaba provocando un dolor de cabeza al pobre Jimin. Les costo un rato pero encontraron a los padres del mayor riéndose en un círculo compuesto por las familias más poderosas de la ciudad. El señor Park vio que su hijo se acercaba y le hizo una seña con la mano para que se acercara.

– ¡Mi muchacho! –Dijo en tono jovial lo que hizo vomitar a Jimin por dentro– te estábamos esperando y veo que vienes acompañado.

– Buenas noches, señor y señora Park –dice Jungkook haciendo una reverencia.

Café para dos ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora