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Camila's POV

El campo de tiro era un sitio que no pensaba que estuviese en la Sede. Se situaba justo en una de las plantas más bajas para que el sonido de los tiros no molestase a nadie; bajo tierra. Aquí los nuevos soldados se entrenaban para su examen práctico, justo como el nuestro sólo que ellos intentaban acabar con vidas, nosotros practicábamos para salvarlas.

Las novatas estábamos puestas en orden frente a los cinco soldados que instruían aquellas prácticas. Bronco estaba en el centro, al mando. A su derecha estaban primero Lauren y luego Beeck. A su izquierda una chica de pelo moreno y ojos negros, de estatura mediana y una cazadora azul con parches en las mangas. También un chico más joven pero igual de fuerte, con pelo rubio al contrario que Beeck.

—Hoy os enseñaremos a usar un arma. —Bronco sacó una pistola de la parte trasera de su pantalón, mostrándola delante de todas. —Os preguntaréis por qué vosotras necesitáis saber utilizar un arma. Pues bien, lo primero que los enemigos harán será empezar por la enfermería para querer mataros. —Abrí los labios al escuchar aquello, desviando la mirada a Lauren que no apartaba la vista de Bronco. —Si os matan a vosotras, ¿quién curará a los heridos? Nadie. Una nación básicamente destruida con una estrategia fácil. Así que poneos en un puesto, delante tenéis una pistola. Lauren, Beeck, Lucy, Wick y yo nos turnaremos para instruiros.

Me acerqué al puesto, y había unos cascos, balas y una pistola. ¿Para qué eran los cascos? Cuando todas mis compañeras ya le habían puesto las balas a la pistola yo aún seguía mirando mi puesto sin saber muy bien qué hacer.

—¿Quieres que te ayude? —La voz cálida, ronca y profunda de Lauren sonó a mis espaldas. —Primero ponte esto, van a empezar a disparar. —Me giré para mirarla y Lauren llevaba puesto los cascos en las orejas. Ella me los colocó con delicadeza, asintiendo cuando ya estaban bien puestos.

—Gracias. —Sonreí un poco, y ella negó frunciendo el ceño.

—Coge la pistola. —La miré algo reacia. Me daban mucho miedo las armas, ¿y si hería a Lauren por equivocación? —Camila, no tiene balas, coge el arma. —La cogí entre mis manos y la observé un instante, mirando a Lauren. Sin decir nada, cogió la pistola de mis manos y sacó el cargador, enseñándomelo. Luego metió las balas y puso el cargador de nuevo, poniéndomela en la mano con cuidado. —Mantén el dedo alejado del gatillo hasta que estés apuntando al objetivo, ¿vale? —Lauren se puso detrás de mí, posó sus manos en mis codos y alzó mis brazos delante de mí. —Ya puedes poner el dedo en el gatillo, pero no presiones. —Lo hice, miré el blanco delante de mí, la pistola pesaba entre mis manos que estaban sudando, el mental frío contrastaba con el calor que mis manos desprendían. —Tranquilízate. —Me dijo al oído, pero eso era casi imposible con su cuerpo pegado al mío y sus manos puestas en mi cintura. Las subió hasta ponerlas encima de mis manos, y apretó la pistola con firmeza. —Agárrala bien, sujétala. Tienes que estar segura de cómo la coges, si dudas como lo haces es más fácil que dispares a alguien sin querer.

—Está bien. —Apreté los dedos en la pistola sin presionar el gatillo. Durante unos instantes sostuvo mis manos, y luego las soltó para ponerlas en mis costados.

—La espalda recta, —me erguí— abre las piernas. —Lauren puso una mano en la parte baja de mi espalda, mirando conmigo el blanco. —Mira el blanco, obsérvalo antes de disparar. —Sentía la respiración de Lauren en mi espalda, su pecho subía y bajaba lentamente, sin apartar la mano de mi codo. —Inspira, expira y dispara.

Estaba nerviosa, apreté más las manos alrededor de la pistola para que dejasen de temblarme. Tomé aire por la nariz, miré al punto fijo que marcaba el blanco, solté el aire entre los labios y disparé. La pistola rebotó entre mis manos e hizo que diese un paso hacia atrás, chocando con su espalda. La dejé rápidamente en el mostrador tragando saliva, girándome para mirar a Lauren que observaba el blanco con una sonrisa. No me había dado ni cuenta de cómo lo había hecho. No estaba mal para ser la primera vez, ¿no? Había acertado en el segundo círculo de la diana.

cielos de ceniza; camrenWhere stories live. Discover now