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Lauren's POV

En el avión las paredes de metal golpeaban contra mi espalda, sujetada simplemente por un cinturón negro que cruzaba mi pecho apretándome contra la pared. Las manos me sudaban contra el frío asiento de metal en el que nos sentábamos, y miré a Beeck que estaba sentado frente a mí. Lo vi tragar saliva, luego asintió. Estaba asustado.

Sabíamos lo que teníamos que hacer, estaba todo planeado al milímetro, pero no sabíamos qué nos íbamos a encontrar al bajar.

Yo no quería morir, y sabía que era muy difícil que me matasen si luchaban contra mí. Pero había cosas contra las que yo no podía luchar, como un tiro en la distancia, una bala extraviada, infecciones o...

Sacudí la cabeza, no quería pensar en eso justo en aquél momento en el que nos acercábamos a Caladeros. Habían pasado solo tres horas desde que partimos, más de cuatro desde la última vez que vi a Camila. No sabía si sería la última.

Metí la mano en el bolsillo derecho de mi pantalón, sacando una pequeña foto que tenía de Camila. Era simplemente la que le hicieron al ingresas como enfermera, pero pedí una copia pequeña para poder llevarla conmigo.

Pasé el dedo por encima de la foto, y de las puntas que ya estaban arrugadas al haber estado tanto tiempo en mi pantalón; pero ella seguía perfecta. Con el pelo recogido, los labios apretados formando aquella sonrisa.

Un fuerte golpe en la chapa del avión me despertó. Grant, el subteniente del ejército había golpeado la pared para llamar la atención de todos. Rápidamente guardé la foto en mi bolsillo y me erguí para escuchar sus palabras.

-Vamos a aterrizar. Los rusos tienen tomado todo el antiguo estado de Maryland. Han paralizado los suministros de luz para toda la Reserva, y pronto lo harán con el agua y la comida. –Eso no afectaría mucho al Bosque, porque allí casi nunca llegaba nada. Pero afectaría a todas las Sedes. –Esto no es un discurso patriótico o inspirativo; luchad y matadlos. Arrancadles la cabeza con las manos si queréis, torturadles. Quiero que los exterminéis uno a uno, que la única sangre rusa que quede en este país sea la de los inocentes. –El subteniente me miró a mí con las mandíbulas apretadas. –Porque seguirán matando a los nuestros.

El avión hizo contacto con el suelo, provocando que botásemos en nuestros asientos y el ruido de las ruedas frenando contra el suelo nos decía que ya estábamos aquí.

Nos quitamos los cinturones y formamos en pie dentro del avión, con las metralletas en el pecho y armados hasta los dientes.

-Preparados. –Levantamos las armas preparados para disparar contra lo que hubiese cuando se abrieran las puertas.

El portón de metal se abrió en silencio, puse mi dedo en el gatillo. El corazón me iba a mil por hora, pero cuando se terminó de abrir no había nada.

Estábamos entre edificios grises, altos y casas comidas por el moho de piedra que se situaban en la costa.

-¡Adelante! –Gritó el subteniente, y todos salimos en formación, caminando como un pelotón a paso rápido y de la misma forma.

Esto acababa de empezar.

*

Camila's POV

Había pasado una semana desde que Lauren había partido y yo estaba sola prácticamente. Aunque Dinah, Vero y yo estábamos más unidas que nunca. A Vero le faltaba Lucy, a mí me faltaba Lauren, y Dinah era la única que nos podía intentar sacar una sonrisa allí.

Al irse el Capitán de aquella Sede quedaba el Capitán en funciones mientras él estaba de misión. Él nos dejaba repartir comida por el pueblo mientras se reconstruía y la vida después de los ataques volvía a la normalidad.

cielos de ceniza; camrenWhere stories live. Discover now