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Lauren's POV

Escuché dos toques en la puerta y sonreí al ver a Camila detrás de la puerta. Cerró ella misma a sus espaldas, acercándose a mí. Ni siquiera le di tiempo a decir nada porque yo ya la estaba pegándola contra la pared con mi boca en su cuello, cuando ella se separó de mí negando.

—No, Lauren, hoy no... —La solté en el acto carraspeando. Aquél 'nos vemos esta noche' seguido de un mordisco en el cuello no sé si me lo había dejado claro, o me había confundido.

—Oh, vale, lo siento. —Sonreí un poco con el ceño fruncido, cogiéndola de la mano. Camila se quedó mirándome en silencio algo seria, hasta que comenzó a reírse.

—Es broma, ven aquí. —Me tiró de las solapas de la camisa hasta que mis labios chocaron contra los suyos, formando así un beso tosco que se fue tornando en uno más profundo y húmedo.

Mis manos bajaron por su espalda hasta su trasero, apretándolo fuerte con las manos mientras el beso seguía rápido, voraz, mordiendo sus labios. Metí mis dedos bajo su falda hasta que las palmas de mis manos tocaron sus nalgas.

—¿Por qué no me las quitas ya? —Jadeó contra mi boca y entonces colé mis pulgares por la goma de su ropa interior, bajándolas por sus piernas hasta que cayeron sobre sus pies; le había dado tiempo a quitarse los zapatos.

—Hecho. —Sus manos fueron directas a la hebilla de mi cinturón, que comenzó a desabrochar con aquellos finos, largos y hábiles dedos mientras mi boca se sumergía en la suya.

Coló el dedo índice en el borde de mi pantalón y me atrajo hacia ella hasta que sus piernas dieron contra mi cama y quedó sentada. Seguí sus pasos con una leve cojera hasta llegar delante de ella mientras me quitaba la camisa rápidamente.

—Esta es una buena posición. —Susurró cuando mi camisa quedó abierta por abajo, desabrochando mi pantalón mientras comenzaba a besar mi abdomen. Era húmedo, arrastraba su lengua por mi piel dejando suaves y lentos mordiscos hasta llegar por debajo de mi ombligo. Allí mordió la tira de mi ropa interior mirándome a los ojos y yo me quité la camisa tirándola al suelo.

La cogí de las piernas y la tumbé bien en la cama, poniéndome entre ellas mientras le quitaba casi a tirones, y con su ayuda, el vestido hasta dejarla desnuda. No dije nada, mi cabeza fue sola entre sus piernas para empezar a besar sus muslos, su ingle y llegar hasta su centro para probarlo con la punta de mi lengua. Rodeé su clítoris lentamente hasta que lo tuve palpitando contra mi lengua y entonces empecé a retorcer la lengua en todas direcciones, provocando sus jadeos que se hacían cada vez más intensos, sonaban gemidos y su mano apretaba mi cabeza para que hundiese aún más la cara en su centro.

Me separé de ella y me quité el pantalón junto con la ropa interior, además del sujetador, volviendo a presionar su clítoris con el pulgar haciendo que Camila se retorciese un poco entre gemidos.

Me coloqué sobre ella con una de sus piernas entre las mías, mi centro rozando su muslo, y mis dedos encontraron su entrada.

Ella no paraba de buscar mi lengua, de lamerla y chuparla, de apretar sus manos en mi pelo por todo lo que estaba sintiendo.

Mis caderas se movían para hacer fricción contra su muslo, y mis dedos la embestían todo lo fuerte que podía hasta que hacía tope con mis nudillos. Sentía la humedad recorrer mis dedos, deslizarse en su interior rápidamente, contraerse a medida que mis dedos aumentaban la velocidad.

Jadeaba en su boca, besaba su barbilla, sus labios, los mordía y chupaba al separarme, gruñía por el placer que sentía al embestirla, por el placer que me daba hacerle sentir tal gusto que la tenía arqueando la espalda en la cama. Arqueé mis dedos hacia arriba, tocando aquél punto inalcanzable en el que Camila no pudo contenerse y estalló contra mis dedos, presionándolos y casi atrapándolos. Yo seguía moviéndome, fuerte y rápido, duro y seco, hasta que Camila comenzó a morder y besar mis pechos y su mano se colocó en mi trasero; entonces fui yo la que no pudo aguantar más.

cielos de ceniza; camrenWhere stories live. Discover now