Estoy embarazada ¡¿De quién?! #2

30. Pasado parte 2

Aquel día, por primera vez había entrado a la casa de Máximo, era impresionante, todo lo que lo rodeaba era lo mejor de lo mejor. Ni hablar de la cama, me sonrojé al verla, hasta el lujo de esta era increíble, pero claro, yo no estaba nerviosa por eso. Iba a entregarle mi virginidad al chico que más amaba en esta tierra, sin embargo para una la primera vez siempre es importante y te pone inquieta. Mi corazón estaba acelerado y aumentó más cuando él comenzó a quitarme la ropa. Despacio y lento, sin presiones, realmente amable y atento.

¿Quién podía quejarse de un novio así?

Nos besamos, nos acariciamos, nos transmitimos todo en el tacto. No voy a decir que no me dolió, porque mentiría. Pero puedo asegurar, que me dolió más, lo que pasó después y no me refiero a físicamente.

―Terminemos ―dice sin mirarme al levantarse de la cama para vestirse.

―¿Qué? ―Lo observo confusa y él sigue sin cruzar los ojos conmigo.

―Eso, que ya tomé lo que quería, ya te puedes ir, ya no te necesito más.

Mi corazón se parte en dos y quedo paralizada. Al ver que no hay ninguna reacción de mi parte, Máximo sale del cuarto y me deja sola.

Él me usó. Me usó y me tiró. Me usó como basura. Soy basura. Mis lágrimas empiezan a caer. Duele mucho, me duele más que mi cuerpo sucio y lleno de traición ¿Solo estaba conmigo por esto? ¿Qué clase de humillación es? ¿Por qué? ¿Por qué me usaste?

Continúe llorando hecha un ovillo. Debía irme, pero no tenía fuerzas para enfrentar la realidad.