Estoy embarazada ¡¿De quién?! #2

79. Cobarde o despechado

Ahora estamos solos dentro de un aula vacía y sin uso, cierro la puerta. Es hora que me diga la verdad.

―¿Y bien? ¿Vas a decirme con quién estuve? ¿Quién es el padre de mi hijo? ―digo directo y con prisa. Ya estoy cansada.

Sonríe.

―No.

Frunzo el ceño.

―Pero dijiste...

―Dije lo que querías oír, solo para alejarme de toda esa gente loca. ―Hace un gesto de no importarle.

―¡Tú! Eres un... ¡Dime! ¡¿Por qué no quieres decirme?! ―Me exaspero.

―Porque no. ―Continúa sin decirme nada y yo me acerco furiosa.

―Tengo dos opciones. ―Yo también sonrío y levanto los dedos―. Una, te sientes despechado porque Camilo o Milen es el padre y te encaprichaste en no decirlo, o dos, tú eres el maldito padre, pero eres tan cobarde que no te atreves a hacerte cargo.

―Wow, qué conclusiones tan intrigantes. ―Continúa sonriendo.

Me enojo más.

―¡Eres un mentiroso! ¡Mientes cuando dices que me quieres! ―Levanto mi mano para pegarle un cachetazo, pero me detiene inmovilizándola―. ¡Imbécil! ¡¿Por qué siempre arruinas todo?!

―¿Quién dice que no te quiero? ―Acerca su rostro al mío―. Es más, yo te amo.

―Si me amarás como dices, buscarías mi felicidad, no mi desgracia ―exclamo angustiada e intento golpearlo con mi mano libre, pero también es detenida―. ¡Suéltame! ¡¿Por qué?! ―Mis ojos se humedecen―. ¿Por qué... ¿Por qué eres así? ¿Qué te he hecho para que me hagas daño?

―Carina... ―Siento su respiración―. Yo... ―Su semblante está serio―. Quizás en otras circunstancias...

―¿De qué hablas? ―Noto mis lágrimas caer―. No te entiendo. ―Suelta mis manos y agarra mi rostro para besarme.

Un segundo, solo tarda un segundo, pero ese pequeño instante en que sus labios, rozan los míos, me hace notar un escalofrío al separarse de mí. La sensación me arrolló, lo presentí.

―Fue Camilo. ―Me esquiva, se va del aula y cierra la puerta con fuerza.

Lo sentí, lo presentí, era el momento, me di cuenta, estaba segura, lo noté en su rostro.

Me mintió.